En otra demostración más de los vuelcos que da el tenis, y por ende la vida, Rafael Nadal conquistaba esta pasada madrugada su noveno título de Grand Slam y completaba precisamente ese camino de conquistar los 4 grandes: posee 5 Roland Garros (2005, 2006, 2007, 2008 y 2010), dos Wimbledons (2008 y 2010), un Australian Open (2009) y desde hace unas horas el US Open 2010, lo que unido a sus tres Copas Davis con España (2004, 2008 y 2009) hace que solo le falte ser Maestro y conquistar los cuatro Masters 1000 que aún se le resisten (Miami en marzo, Cincinnati en agosto, Shanghai en octubre y París-Bercy en noviembre), ya que prácticamente todo lo demás destacable del mundo del tenis lo posee a sus 24 años este mallorquín de tez a lo indio americano de las películas. Y todo este momento de parabienes de Nadal se da cuando hace poco más de un año se le daba por muerto y acabado a causa de sus maltrechas rodillas, que si bien le dieron otro susto en enero al tener que retirase en cuartos del Open de Australia ante Andy Murray, después le ha hecho firmar una temporada maravillosa, con tres Majors (el resto de los que quedaban) y varios Masters 1000 (los de tierra eso sí, ya que en las otras superficies se ha rodado a lo Federer, practicando sin forzar a tope) que le asientan en el olimpo del tenis actual.
Con Murray (4º), Davydenko (6º), Berdych (7º) y Roddick (9º) eliminados de cara a la segunda semana de competición, según iban pasando las rondas se acrecentaba el morbo de otra final entre los dos grandes dioses de la raqueta de hoy día, y los organizadores suspiraban por una final entre Federer (2º) y Nadal (1º), único grande que aún no ha vivido un último partido de lo más míticos que se pueden conocer en la actualidad. Y el tenis que desplegaba el suizo presagiaba que iba a ser muy factible, pues su solvencia ante Melzer (15º) y Soderling (5º) no hacía presagiar su bajón en semis ante Djokovic (3º), a quien siempre había batido en Nueva York, hace ters años en la final y los dos últimos años en semis, pero esta vez 'Nole' se tomaba su revancha a cinco sets y ganándole por tenis, corazón y físico.
Mucho antes, en octavos lo más destacado habían sido dos duelos fratricidas entre españoles y franceses, donde el ranking prevaleció, ya que Monfils (19º) maniató a Gasquet (38º) en tres sets, mientras que Verdasco (8º) remontó un partido épico a Ferrer (12º) en cinco mangas. En esta ronda caía la esperanza 'yankee', un Mardy Fish (21º) ampliamente superado por Djokovic (3º) que iba ajustando su tenis; para cuartos ya se empezaba a vislumbrar al ruso Mikhail Youznhy (14º) como la sorpresa del torneo, ya que se colaría en semis en detrimento del suizo Wawrinka (27º), verdugo de Murray (4º) dos rondas antes. El viento influyó en en el juego y el saque de varios tenistas pero no impidió la disputa ni la demora de ningún partido; con el paso de las rondas Nadal iba acercándose al único gran reto que le faltaba y además el camino parecía quedarle expedito, ya que al caer eliminado el escocés, los demás contrincantes no dieron la talla ante un Rafa que llegó a la final sin haber perdido un solo set en todo el torneo, con una nueva dinámica de saque -cambió la empuñadura y estaba sacando mucho más potente- y con solo dos breaks en contra.
¿Y el rival de Rafa en esa final quien iba a ser y como llegó? Todo buen aficionado al tenis, o el 99% de los mismos, mentirían si dijeran que no deseaban una final entre los dos grandes astros y que no les inquietó la presencia de Novak en la final, que dicho sea de paso, fue totalmente merecida. El balcánico llevaba un año de lo más errático y otro tanto le pasaba los últimos meses al suizo, aunque su semifinal no fue nunca un duelo de mancos: con un resultado de 5-7, 6-1, 5-7, 6-2 y 7-5 a favor del que era 3 del mundo ante el 2 del ranking y que por consiguiente le birlaba esa plaza en el escalafón tenístico, se completaba una de las sorpresas mayúsculas del torneo y el genio helvético que por enésima vez este año debía salir cabizbajo de uno sus otrora feudos predilectos (Wimbledon y US Open representaban dos de los jardínes favoritos de Roger que ahora son coto de Rafa).
Con las semis en el supersábado -único grande que los plantea en sábado, ya que los otros tres se inclinan por programarlos en viernes y prolongar el descanso de los tenistas-, la Arthur Ashe corría el riesgo de que pasara lo de las dos últimas ediciones: el estadio de tenis más grande del mundo con una capacidad para 22.000 aficionados que no puede cerrarse y si a la lluvia le da por merodear Nueva York, una tormenta de verano que retrasa la final al lunes, como les pasó a Andy Murray en 2008 y Juan Martín del Potro en 2009, perdedor uno, ganador el otro, ante Federer. Y precisamente por esa lluvia suspiraba el serbio Djokovic y así ganar una jornada más de descanso para su duelo contra Nadal, y si bien la providencia se lo concedió, 'Nole' perdía la tercera final de un grande que disputaba (ya perdió en 2007 aquí ante Federer y había ganado en 2008 en Melbourne a Tsonga) por un tanteo de 6-4, 5-7, 6-4 y 6-2 en casi 4 horas de choque. El balcánico ya posee algunos triunfos sobre el español a lo alrgo de la carrera de ambos, y como siempre que le ha ganado, intentó plasmar aquella dinámica: sus triunfos sobre Rafa siempre han sido arrolladores y en pistas rápidas, es decir, todo partido que fuera igualado entre ambos caía del lado del mallorquín, como pasó en esta ocasión, aunque una interrupción por lluvia le diera un soplo de esperanza al balcánico, que tuvo fases de jugar en plan vendaval pero que Nadal supo capearlos y pasar su rodillo a continuación.
http://es.eurosport.yahoo.com/tennis/us-open-masculino/masculino/p1/
http://es.eurosport.yahoo.com/video/14092010/47/nadal-reescribe-historia.html
http://es.atpworldtour.com/Rankings/Singles.aspx
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