lunes, 15 de noviembre de 2010

¡¡¡Qué bien os sienta París, amigo Soderling!!! El sueco tumba mazo a mazo a un 'batallas' Monfils que venía de apear a Federer en semis de Bercy


Bajo la impresionante figura de la foto, que es el Omnisports de París, se jugó los últimos siete días el noveno y último Masters 1000 de esta temporada tenística 2010 y ciertamente podría ya empezar a darse por hecho el idilio que vive con la capital francesa el sueco Robin Soderling (5º pero que con los mil puntos que se llevó a la buchaca adelanta al escocés Murray y se coloca cuarto del mundo), quien ya saltara a la fama en la Ciudad de la Luz en la tierra batida de Roland Garros del año pasado al convertirse en el único tenista capaz de parar a Nadal (1º) en dicho torneo y ya repeitió gesta este año con Federer (2º), aunqe en ambas ediciones perdiera finalmente la final. Puede parecer que el escandinavo llega en su mejor momento al Torneo de Maestros de Londres, con su primer gran título y su mejor ranking en el bolsillo, pero a mi entender este torneo lo ganó el menos malo de los dos tenistas que se plantaron en la final; siempre defendí que un torneo lo gana el mejor esa semana, pero en esta ocasión por el camino quedaron muchos tenistas de manera particularmente rara y una vez el domingo tanto Soderling (5º) como Monfils (14º) jugaron a no perder y a esperar que el rival les acercara el trofeo de ganador.

No obstante, sin menoscabo de los méritos de estos dos tenistas podría argumentar que se dejaron todos y todísimos sus cartuchos en dos semifinales vibrantes y que allí sí que se ganaron su pase y admiración de todo el mundo ante Llodrá (34º) y Federer (2º) respectivamente. Desde luego fue gloriosa la jornada del sábado, cuando desde las 15 horas y hasta poco menos de las 20 horas los aficionados disfrutamos de los seis sets máximos posibles, tres en cada duelo de semis, con la guinda de que cinco de ellos fueron al tie-break: emoción a borbotones como no se veía desde hace meses (quizás desde aquellas semis de Tokio donde Troicki casi tumba a Nadal o también la penúltima ronda del US Open entre 'Nole' y Roger). Sin embargo, palito que hay que darle a Teledeporte porque se vanaglorian de hacer un seguimiento exhaustivo a los Masters 1000 (el programa que dirige Xavi Díaz junto a Arseni Pérez, Nacho Calvo y Tomás Carbonel a los comentarios es de lujo) pero la segunda semifinal la emitieron en diferido porque primaba más el directo del baloncesto: ¿hubieran dado una cobertura tan pésima si Verdasco (7º) o Ferrer (8º) se hubieran estado jugando el alcanzar el Masters? La respuesta es un claro NO, pero claro, una vez más el patriotismo acérrimo vuelva a afectar y a influir en el deporte, y más en el tenis, que si bien los mentores de TVE saben que somos legión, en el momento que se solapan con las motos o cualquier otro deporte de representación hispana amplia, ¡se jodió!. Y es que el tenis es un deporte internacional y su circuito es mundial, por mucho dominio y representación española que exista.

Y como siempre, este indoor parisino volvió a resultar gafe para los tenistas llamados del conclave 'Big Five': esos tenistas dominadores que marcan época no se sabe si fallan siempre aquí o se dejan ir pensando en ser Maestros, pero lo que es cierto que en el último lustro (intervalo de tiempo que se estima oportuno para marcar tendencias) y exceptuando el año pasado a ese cachondo maravilloso de Djokovic (3º), ningún tenista del top alto ha sido capaz de alzarse con este torneo parisino; los dos monstruos dominadores del circuito, Nadal (1º) y Federer (2º), no lo tienen en sus vitrinas y Murray (4º) volvió a atascarse una vez más, aunque la razón fundamental era no forzar más de lo necesario de cara al gran objetivo que se le presentará en unos días ante su público. A Soderling (5º) aún no se le puede considerar alguien que esté marcando época y los Roddick (9º), Davydenko (11º) y Nalbandian (25º) parece que ya han vivido sus mejores tardes en cuanto a esa regularidad de ser mes a mes el tenista a batir, pero es admirable la capacidad de todos ellos de seguir guerreando por el circuito y en una buena tarde aún pueden sorprender a cualquiera.


Tal como ya se estila en París-Bercy, las primeras rondas estuvieron marcadas por la lucha por ocupar las tres plazas que aún restaban por repartir de cara al Torneo de Maestros. Los cinco primeros, es decir, Nadal, Federer, Djokovic, Murray y Soderling ya estaban clasificados y lo que nunca, que todavía faltaran tres nombres, tenía a todos asombrados. Finalmente, con la derrota de Verdasco (7º pero que salía noveno de París y sin ganas de ser suplente en la capital inglesa) en octavos ante Monfils (14º), con la retirada por una espalda magullada de Youznhy (10º) ante Gulbis (26º) en segunda ronda y a pesar de los esfuerzos denodados de Melzer (12º) por prolongar sus pocas posibilidades, finalmente fueron el checo Berdych (6º y quien se hubiera clasificado pese a perder todos los partidos), el estadounidense Roddick (9º) y el español Ferrer (8º) quienes obtendrían el billete, estos dos últimos adelantando a un Verdasco (7º) que lleva más de dos meses en una espiral de su ya habitual 'no tenis' temporal.

Las dos primeras rondas de este Master 1000 de París-Bercy ofrecieron grandiosos espectáculos tenísticos como los Giraldo (66º)-de Bakker (47º), Simon (43º)-Golubev (36º), Bellucci (30º)-Kohlschreiber (33º) o el Monaco (24º)-Querrey (20º), algunos por lo parejo del ranking y otros por la extensión de las mangas. Ya para octavos habían caído ilustres como el argentino Nalbandian (25º que jugó primordial el primer set pero se dejo remontar por un Murray al que acabó llamando 'llorón' por estar jugando horrendo antes de pedir al fisio para su muñeca y salir escopetado hacia el triunfo tras ese lapsus), el croata Ljubicic (17º) era finiquitado por el suizo Wawrinka (22º), mientas que el estadounidense Isner (19º) era de los primeros que iba a sufrir la combinación del estado de gracia más la ultra-rapidez de la cancha del local Llodrá (34º), el plan reivindicativo de cara a la final de la Davis que Francia jugará como visitante en Serbia a inicios de diciembre.

Roddick (9º), Berdych (6º) y Cilic (15º) no llegarían a semis, pero bien poco que les importaba y en la lucha por los 8 mejores de la semana Federer (2º) paraba en seco las ganas de Melzer (12º) por ser el primero en estar tanto en singles como en dobles en el Masters (para individuales suena como suplente) y miraba con inquietud a su posible rival para semis, que apuntaba a Murray (4º), de infausto recuerdo últimamente (finales de Toronto y Shanghai en agosto y octubre) para el helvético, pero Monfils (14º) contó con el inestimable apoyo del público para en en tes sets convertirse en un matagigantes, ya que en semis en casi tres horas y tres muertes súbitas ganaba por primera vez en su vida al astro suizo y tras salvar 5 bolas de partido en un agónico penúltimo juego. La otra parte del cuadro presentaba a un Djokovc (2º) ultrafavorito pero su excentricidad de salir en octavos con gafas, pajarita y bigotes gigantes a lo Groucho Marx ante Llodrá (34º) le duró hasta que cedió la primera manga al tie-break y acto seguido empezó a pensar en no desgastarse más de la cuenta, ya que aún le queda por jugar más que nadie entre los cocos: Masters y Davis, con lo que al verse abajo ante un ciclón local como Llodrá (34º) y teniendo que remontar y más tras la temporada tan cargada que lleva ('Nole' venía de perder la final de Basilea), el serbio intelgentemente se apartó, cosa que nunca hubiera hecho si esa primera manga hubiera sido suya. Con todo, por esa parte del cuadro Berdych (6º) y Davydenko (11º) no inquietaron en demasía y Soderling (5º) se la jugaba todo ante Llodrá (34º), y por momentos fue el tenista que remó a contracorriente y era totalmente superado, pero finalmente la mayor experiencia en momentos de tensión pudó más en favor del sueco que del galo. Y ¡ah!, en parejas no me decantaría por cual es más guapa, si Jenny Monstro (la de Robin) o si Camile Llodrá.


La gran final se jugaba entre dos tenistas que venían de unas semifinales antológicas por parte de ambos, como demuestran los marcadores de 6-7 (0), 7-5 y 7-6 (6), de Soderling (5º) a Llodrá (34º) y el 7-6 (7), 6-7 (1) y 7-6 (4) que Monfils le endosó a Federer (2º). Pero en la final no hubo color, ya que el francés se mostraba más fatigado que el sueco y rápidamente cedía dos servicios en la primera manga y se ponía en desventaja, e incluso fue por abajo en la segunda manga, aunque remontó y consiguió igualar la contienda para acabar sepultado por 6-1 y 7-6 (1) a manos de un Soderling (5º) que conquistaba así el sexto título de su carrera y el segundo de este año tras aquel ya lejano de Rotterdam en febrero. Viendo las prestaciones de la quinta raqueta del mundo todo el año, no es definitivo que sus dos entorchados hayan sido indoors, porque ha realizado grandes torneos tanto en tierra como en hierba, pero sí que lo postulan como alguien a tener en consideración en cada torneo y no considerarlo solamente un tenista de racha momentánea; y tampoco será ningún bluf de tenista si no consigue concretar su tenis en los Grand Slams o en todo el año que viene, porque todo lo que nos ha regalado ya merece la pena por si solo.

http://www.atpworldtour.com/posting/2010/352/mds.pdf

http://es.atpworldtour.com/Rankings/Singles.aspx?d=08.11.2010&c=&r=1

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