domingo, 5 de diciembre de 2010

Serbia remonta el último día de la final de la Copa Davis a los presumidos franceses con Djokovic y Troicki como estandartes

Una joven nación como Serbia, creada de las cenizas de la antigua Yugoslavia la década pasada tras la cruenta guerra de los Balcanes y que tan solo lleva cuatro temporadas en el Grupo Mundial de la máxima competición tenística por equipos -el año pasado cuando debutaron en marzo ante España se les tildaba de novatos incluso-, se convirtió este pasado fin de semana en el decimotercer campeón en la historia de la Copa Davis -Estados Unidos y Australia dominan el palmarés por encima de las 25 ensaladeras mientras Francia posee 9, España 4, Rusia 2 y Argentina ninguna, por citar los paises más potentes hoy en día- al derrotar como local a una Francia de aficionados presumidos pero de alto nivel tenístico en al cancha, que no se acogotaron en ningún momento e incluso llegaron 1-2 arriba a la última jornada. Lo que fue la gloria para unos, fue el llanto desesperado para otros.

Desde que España sorprendiera a Argentina en la edición de 2008, no se vivía una final tan táctica, ya que ambos bandos se cedían el favoritismo y querían huir de la presión. Los galos buscaban acabar con una urgencia histórica -llegar a la decena de entorchados y olvidar una larga travesía que desde el título de 2001 en Australia y la derrota de 2002 en casa ante Rusia les negaba un papel destacado en esta competición, a pesar de plagar, al igual que España y Alemania, el ranking ATP de jugadores galos-, mientras que los serbios se veían ante una oportunidad histórica, casi legendaria, cuando nadie contaba con ellos y habían dejado en la cuneta a potencias como Estados Unidos, Croacia y la República Checa, la finalista del año pasado.

Ambos capitanes contaban con un cuarteto de solvencia y polivalente, donde cualquier tenista podría jugar cualquiera de los días, exceptuando al reputado doblista Zimonjic, claro está. La singularidad que otorga la Copa Davis de enfrentar el primer día al número uno de cada equipo con el dos del oponente, los dobles el segundo día, la puja entre ambos números uno en el cuarto punto del tercer día y que recaiga la responsabilidad en el quinto punto en los dos secundarios de cada bando hizo pensarse muy mucho tanto a Obradovic como a Forget qué jugadores colocar como número dos de sus tandems. Djokovic (3º) y Monfils (12º) iban a ser los indiscutibles números uno, pero en los serbios Troicki (30º) y Tipsarevic (49º) no se tenía muy claro quien ocuparía ese puesto: Janko había sido el héroe en las semis otorgando el quinto y decisivo punto ante Stepanek (35º) y esto le confería un derecho no oficial a jugar como segundo el primer día, aunque Viktor hubiera hecho un mejor final de temporada -semis en Tokyo y Basilea donde a punto estuvo de tumbar a dos monstruos como Nadal y Djokovic- y además gozaba de mejor ranking, pero que en las semis ante los checos perdiera el primer punto precisamente ante Stepanek -relevaba a un Djokovic entre agotado tras el US Open y covaleciente de una leve indisposición- y que Janko hubiera ganado a ese mismo rival le cerraba las puertas de la titularidad, 'postergándole' a ser la pareja de Nenad en el dobles.

Por su parte, el capitán francés acudía a Belgrado sin un Tsonga (13º) lesionado en la recta final del año y olvidándose de Gasquet (29º), pero con un batallas como Simon (42º) y la excelente racha de Llodrá (23º) como armas ocultas. Otorgando una importancia suprema al punto del dobles del sábado y sabiendo que un Djokovic motivado en esta competición es casi imbatible de batir, para el segundo punto Forget optaba por reservar al veterano Llodrá para el dobles y metía a Simon con la intención de desgastar a 'Nole', que le obligara a un duro y largo partido. Para más adelante quedarían las combinaciones finales de 'a quien pongo ante el presumible rival que me vaya a plantear mi rival' y demás dimes y diretes, pero lo que convirtió en apasionante esta final fue que de viernes a sábado cambiaba a cada partido jugado el equipo favorito y se daban vuelcos bruscos en el panorama de ambos bandos: si los serbios contaban por ponerse rápido por delante, sucedía todo lo contrario, pero al acabar empatados la primera jornada todo el mundo alababa al capitán serbio durante los primeros sets del dobles por apostar por un Troicki sublime, mientras que la desventaja para el último día daba palos a Obradovic por no meter a Novak en el dobles y encumbraba a Forget por conducir la frescura de Llodrá de cara al quinto punto. Lo dicho, este carrusel y montaña rusa de emociones de 'ahora parece que yo estoy más cerca de llevarme la Davis pero tú me remontas de pronto' hizo gozar tanto a los miles de espectadores in situ como a los demás aficionados que lo seguían como podían (la enésima desfachatez de Teledeporte de solo retransmitir en directo los partidos del viernes porque el sábado y el domingo tenían otros deportes con representación española que dar y ponían el tenis en diferido ya ni merece más mala sangre por parte de nadie).

A primera vista, y con los primeros golpes en acción, la sensación que flotaba en el ambiente era que los serbios habían propuesto una pista ultra-rápida que beneficiaba más al juego de cañoneros y velocidad de Monfils, Llodrá y compañía que a ellos mismos. Una de las claves para que los galos se hubieran presentado en esta final fue que como locales ante Alemania, España y Argentina habían puesto una moqueta que les dió como réditos aplastantes palizas a sus rivales, y ahora se encontraban con una pista que parecía como si ellos se la hubieran traído desde su tierra. Se cruzaban en la cancha los dos equipos que habían eliminado, como locales eso sí, a los dos finalistas de 2009 -los serbios se habían cargado a la República Checa de Berdych (6º) y Stepanek (35º) en semis, mientras que los galos habían humillado en cuartos a una España sin Nadal (1º)- y el sorteo había deparado que para arrancar el viernes se medirían el número 1 francés contra el número 2 serbio. Lo que se presumía una dura batalla entre Monfils (12º) y Tipsarevic (49º) acabó en 6-1, 7-6 (4) y 6-0 para el morenito y musculoso galo, que a su acostumbrado juego rocoso de esperar que falle el rival y de pronto 'zas', unió que al serbio le pudo la presión ambiental y no pudo demostrar su potencial más que en el segundo parcial, el cual al perderlo en el tie-break se hundió de forma irremisible y hasta cedía un avergonzante rosco. Es Tipsarevic un jugador para mucho más pero la responsabilidad por arrancar bien le jugó una mala pasada.

Y la diferencia entre un buen jugador y un crack se vería en el segundo duelo, en el 6-3, 6-1 y 7-5 que Djokovic (3º) endosó a Simon (42º). A Novak sí que no le tembló el pulso y se notó lo acostumbrado que está el payaso más querido y admirado del circuito a jugar partidos altamente trascendentes. Desde que perdiese este año la final del US Open ante Rafa, 'Nole' tenía entre ceja y ceja esta Copa Davis y en todos los torneos jugados en octubre y noviembre mostraba una superioridad insultante en su juego, pero no se desgastaba más de lo necesario ni luchaba más allá de lo exigido cuando cualquier tenista le forzaba -los casos de Federer (2º) en Shanghai, Basilea o Londres o como el propio Llodrá le apeó de octavos de París-Bercy-, pero a la hora de la verdad arrasó con lo que se le puso por delante, y aunque titubease algo en el tercer set ante Simon, devolvía la alegría y la esperanza a su país con el empate a uno en la serie al finalizar la jornada del viernes.

Como casi siempre ocurre en la Davis, el punto del dobles del sábado iba a marcar la serie, bien en dirección triunfal o bien en plan derrotista. Con todo empatado, quien lo ganase se acercaría mucho al triunfo final y por ello era fundamental acertar con los elegidos. Este año los franceses habían contado con una sólida pareja como era el Llodrá-Benneteau (44º), pero este último llevaba con la muñeca dañada desde el verano y su sustituto iba a ser un Arnaud Clement (78º) que a sus 33 años ya había sido pareja de Llodrá años atrás, con quien ganara incluso un Wimbledon en dobles, y de quien por tanto su solvencia estaba asegurada. Al otro lado de la red, el número 3 mundial en dobles, Nenad Zimonjic iba a tener como pareja a Troicki (30º), de 24 años y con alguna que otra ronda de experiencia como doblista en la Davis. No se sabe si para despistar o no pero Zimonjic había afirmado al inicio de la serie que lo bueno para ellos era que los franceses desconocían el tipo de juego de Troicki en dobles, y esta sorpresa iba a plasmarse en la cancha en los dos primeros sets, donde Viktor parecía el complemento ideal para Nenad: sábado por la tarde, con la serie empatada a uno y Serbia dos sets a cero en el dobles, todo hacía indicar que Djokovic cerraría la fiesta en el cuarto punto, pero los franceses remontaron con un sorprendente Clement hasta el 3-6. 6-7 (3), 6-4, 7-5 y 6-4 gracias al nerviosismo que imperó en saques puntuales de Troicki, que cedió su servicio una vez por cada set, y cuando Zimonjic no lo había cedido nunca, también lo perdería y sumía a los Balcánicos en la depresión absoluta.

Aunque en semifinales ya remontaron un 1-2 en contra ante los checos, la providencia nunca sonríe dos veces seguidas y el sábado por la noche todo eran caras largas entre los serbios. Sabían que Djokovic (3º) tumbaría sin paliativos a Monfils (12º) -¿y si no fuera así?, pero sí, tendría que serlo, Novak nunca fallaría a su país, con la extremada importancia que le otorga a los gestos públicos, él no podría acabar como villano- pero quedaba la duda de a quien poner en el quinto punto. Esta diatriba tuvo en vilo a todo el mundo en el Belgrado Arena -alrededor de 15.000 serbios contra 1.500 ruidosos franceses que se las prometían felices por ir por delante en la serie prácticamente todo el viernes y el sábado pero que el domingo se debieron tragar todo su chovinismo gabacho-, incluso en la descomunal paliza que Djokovic inflingió a Monfils por 6-2, 6-2 y 6-4, plagado de tiralíneas buscando los fondos de 'Nole' y presión a cada uno de los golpes de uno de los pocos que ya juega con camiseta sin mangas, a lo Nadal antaño.

La incertidumbre estaba siendo máxima y la emoción regalaba un empate a 2 que debería ser resuleto en el quinto y último punto. Los franceses se la jugaban con el veterano Llodrá (23º), quien a sus 30 años estaba pasando el mejor momento de su vida y a quien las semis del Masters 1000 de París-Bercy -que cedió en tres larguísimos sets ante Soderling (5º)- le conferían un optimismo acelerado pro el triunfo del dobles. En el otro bando el capitán serbio optó por los dos buenos sets en dobles de Troicki -aunque después perdiera- frente a la baja moral de Tipsarevic que perdió por paliza el primer día ante Monfils, con lo cual la Copa Davis 2010 era cosa del francés 23 del mundo contra el serbio 30 del mundo a su vez, y los dos venían de jugar y conocerse en la paliza de cuatro horas y media del dobles. Fuera que al galo sí que le afectaron los esfuerzos del día anterior, fuera que Troicki se acordó que en individuales se juega diferente, lo cierto es que la continua táctica de saque y volea del francés fue continua y sistemáticamente rechazada y superada por el balcánico hasta el triunfo de éste por 6-2, 6-2 y 6-3, ya que cuanto más insistía el francés en resolver el punto subiendo a la red, más entrenaba su rival en captar las claves para neutralizar dichas subidas, y buena muestra de ello iba a ser el último punto del partido, un resto ganador con giro de muñeca brutal de Troicki para clavar a su oponente un passing bárbaro.

Llodrá acabaría llorando en el banquillo francés, mientras que los serbios cumplían la promesa de raparse el pelo si conquistaban la Ensaladera de Plata, un enorme trofeo que cada año engorda con cada campeón. Europa vuelve a tener otro campeón y si bien este año se ha especulado con otra competición por naciones que sustituya a la Davis, en 2011 volverán a cruzarse los naciones más poderosas. España debuta en marzo en Bélgica, mientras que los dos finalistas de este año se enfrentarán a India los campeones como locales, mientras que los subcampeones visitarán a su vecina Austria.

http://www.daviscup.com/es/portada.aspx

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