Aparcamos ya una de las fases más apasionantes de la temporada tenística, esa que en las pistas duras de cemento vemos como se desplega un tenis de vértigo, y abrimos el paso al tenis maratoniano sobre el polvo de ladrillo. Por delante nos esperan algo más de dos meses de tenis donde los sques ya no serán tan aplastantes y para abrir boca esta primera semana de este cuarto mes de 2010 se disputaron dos torneos ATP250, el de Casablanca y Houston; en el primero de ellos el campeón en ejercicio no acudía a defender su corona (Ferrero, 15º) y en el segundo el vencedor de 2009 volvía a la competición tras una operación de cadera (Hewitt, 27º).
En tierras marroquíes acabó imponiéndose el cabeza de serie número uno, algo muy poco habitual en este tipo de torneos, donde la igualdad es muy pareja, ya que si el cabeza de serie principal es alguien del top 20 hacia atrás, el resto de tenistas se crecen y demostrando un estado de forma mayor, emparejan su ranking a los favoritos y hasta los superan. No es lo mismo que el cabeza de serie máximo sea todo un top ten que alguien inferior. Sin embargo, lo del suizo Stanislas Wawrinka (23º) en la ciudad que hiciera inmortal para el mundo del celuloide el gran Humphrey Bogart fue un ejercicio de mantener las distancias. Comenzó algo dubitativo contra rivales desconocidísimos, incluso llevándose un rosco en contra, dado que después de ser padre a inicios de año y disputar tres duros puntos en marzo contra España en la Davis, apenas se dejo ver por Miami (caía contra Youznhy en tercera ronda), pero mejoró cuando se vió en semis apenas sin tener que enfrentarse a nadie de nivel.
Con Hanescu y Serra en una de las semis, sería Starace el escollo del suizo en la otra semi. Las canchas de este Grand Prix Hassan II vieron antes como tenistas correosos en tierra como el francés Richard Gasquet (74º), el finés Jarko Nieminen (71º) o el polaco Lukasz Kubot (42º) no refrendaban su estatus contra otros tenistas de menor renombre, y en cierto sentido no se puede decir que la configuración de estas semis sean una sorpresa o de bajo nivel, ya que la tierra apenas acaba de empezar y aún no se sabe qué tenista viene en estado de gracia o no. Pero de aquí en adelante algo se empieza a vislumbrar. Y la manera en que el rumano Victor Hanescu (43º) ganaba por 6-4 y 6-1 al francés Florent Serra (57º), con autoridad y solvencia al final, le otorgaban muchos boletos para el título. Wawrinka (23º) hubo de ir a 3 sets contra el italiano Potito Starace (73º) en un choque que rozó el perderlo, pero en la final suizo-rumana el primero ganaba con breaks psicológicos por 6-2 y 6-3, con lo que Stanislas conseguía a sus 25 años (y que viviera su momento álgido en junio de 2008 cuando llegó a ser top ten, noveno del mundo) su segundo título ATP, tras aquel de 2008 en Umag, también en tierra batida.
Y en tierras norteamericanas, texanas más concretamente, la gloria sonreía a todo un veterano, al argentino Juan Ignacio Chela (82º), quien a sus 30 años, y después de haber vivido su punto culminante en agosto de 2004 al ser 15 del mundo, rompió la racha de cuatro años sin llegar a una final. Exceptuando en primera ronda, todos los cdemás contrincantes a los que hubo de eliminar le superaban en ranking, y dos de ellos fueron compatriotas suyos, dos chavalillos que en la Davis en Suecia jugaron muy bien, Schwank (61º) y Zeballos (54º).
No obstante, el principal favorito era el chileno Fernando González (11º) pero caía en cuartos por un doble 6-4 ante Zeballos, mientras que el australiano Leyton Hewitt (27º), que buscaba ya no tanto defender su corona sino reencontrarse con su buen tenis, no conseguía parar a Chela en su semana buena. Pero si por algo destacan todos los torneos 'yankees' es por ser casi cotos exclusivos de los tenistas locales, y Houston no fue menos: los puntales y exponentes de esto que comento eran los dos cañoneros 'made in usa' y prácticamente únicos revelos a Roddick, como son Isner (21º) y Querrey (25º), y ambos dieron de qué hablar, pero por el mismo motivo, la fatiga. Isner se atascaba en octavos contra el belga Xavier Malisse (89º) en dos tie-breaks intensos, mientras que Querrey llegaría hasta la final tras apear a gente como el chileno Nicolás Massú (94º)y el local Wayne Odesnik (103º), todos a 3 peleadísimos sets, y lo mismo le pasaría al ganador de este año en febrero del ATP500 de Memphis contra Chela: 5-7, 6-4 y 6-3 para el argentino que remontaba a Querrey y le demostraba que el cansancio muchas veces es otra de las variantes que SÍ y SIEMPRE influye en el mundo del tenis.
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