domingo, 23 de mayo de 2010

Niza para Gasquet y la Copa de Naciones para la Argentina de Zeballos y Mónaco


A una semana vista de Roland Garros, todos los 'buenos' tenistas velaban armas en la capital parisina, descansando y entrenando sin desgastarse. Pero como la voracidad del calendario ATP es tanta, por primera vez se programaba un torneo de categoría 250 la semana previa al segundo Grand Slam de la temporada 2010, un torneo como el de Niza, nuevo este año y que contó con una participación nada desdeñable, caso de los Soderling (7º), Monfils (15º), Baghdatis (29º) o el polémico finalista, Verdasco (9º), 'don liante' a partir de ahora. ¡Qué manera de pirársele la pinza! Y para aderezar esta semana tan atípica de tenis (la final de Niza se jugó en sábado, ya que el domingo empezaba Roland Garros), se jugaba en Düsseldorf (Alemania) una nueva edición de la Copa del Mundo de Naciones, un devaluado campeonato que este año se apuntó la Argentina liderada por Juan Mónaco (30º) y Horacio Zeballos (49º) compitiendo con tenistas serbios, estadounidenses, alemanes o australianos, entre otros.

En la capital de la Costa Azul, precioso enclave del sureste francés a orillas de un en mayo siempre reluciente Mediterráneo, destacaron primeramente partidazos como el del argentino Leonardo Mayer (59º) contra el brasileño Thomaz Belluci (28º) -un facilísimo 6-4 y 6-1 para el gaucho- y el del sueco Robin Soderling (7º) contra el belga Olivier Rochus (60º) -tres interminables sets, con remontada por 2-6, 6-4 y 6-4 para el tenista más bajito del circuito- en octavos, o algún duelo de cuartos como el perdido por 7-6 y 6-2 por el francés Gael Monfils contra el italiano Potito Starace (63º) y el parón de Baghdatis (30º) en tal instancia por 5-7, 6-3 y 6-4 contra la 'mini-revelación' del torneo, un Leo Mayer (49º) que, no obstante, caía en semis con Verdasco (9º), aunque no sin antes 'obligar' al madrileño a ganar por 7-6 y 7-5.

Por el otro lado del cuadro el francés Richard Gasquet (68º) no había tenido un camino fácil (más por sus lagunas mentales que le llevaron a recibir roscos en contra que por el nivel de los oponentes) pero accedía a su segunda final del año, tras aquel de Sydney en enero, y daba carpetazo a su lento retorno a la elite, después del esperpéntico caso de dopaje por cocaína que le hizo estar parado el año pasado entre marzo y agosto, entre los Masters 1000 de Miami y Canadá. Por lo tanto, a menos de dos meses vista del duelo franco-hispano en cuartos de la Davis, se escenificaría un choque entre tenistas que bien pudieran estar en ese cruce, y la combinación del patetismo de ciertos fanáticos forofos (elevado a la máxima potencia en los 'gabachos') entre el público con la rapidez de pérdida de nervios en la pista por uno de los jugadores, montó el quilombo (ver vídeo). Deportivamente, tras dos duras semis por parte de ambos (Richard hubo de ganarse esta final tras dos tie-breaks ante Starace), Fer lo tuvo todo en su mano para ganar y acabó quedándose con cara de tonto por 6-3, 5-7 y 7-6 en un último set donde no supo hacer lo que le dio ventajas en el primer parcial: recuperar posiciones tras ataques débiles y adelantarse a los golpes de Gasquet.

Vayámonos del sureste francés al oeste alemán para centranos en el torneo del que menos se habla en todo el circuito ATP. Vale que no es la competición por excelencia entre países, que esa distinción se la quita de largo la Davis, que los tenistas punteros reniegan de ella y que ni Dios se ocupa de ella, pero la estructura y la manera en la que está ideada la Copa del Mundo por Naciones resulta muy pero que muy atractiva: dos grupos, el azul y el rojo, con cuatro países cada uno, donde juegan una liguilla (tipo Masters) al mejor de 3 duelos (primero los dos individuales y por último un dobles) el mismo día. Este año los participantes eran España, Argentina, Serbia, Alemania, Estados Unidos, Australia, Francia y la República Checa, y si bien los Nadal (2º), Del Potro (5º), Djokovic (3º), Roddick (8º) o Tsonga (10º) no jugarían por sus países, sí que saltarían a la cancha tenistas como Kohlschreiber (35º), Berdych (17º), Querrey (21º), Chardy (47º), Troicki (40º), Hewitt (33º) o Almagro (22º).

Tras varios duelos apasionantes y días de tenis entre los diferentes 'segundas espadas' de los países allí presentes, la final la jugaron Argentina y Estados Unidos, con triunfo final para los sudamericanos por 2-1 ante los norteamericanos, quienes ganaron el dobles último pero que ya habían perdido el campeonato en los dos singles, donde Mónaco (30º) ganaba por 1-6, 6-2 y 6-3 al gigantón Querrey (21º) con una muñeca tocada que quiere operarse en cuanto acabe la temporada de tierra batida. Tras este primer punto, el héreo argentino y quien certificaría esta cuarta Copa del Mundo por Naciones en el palmarés de los argentinos fue el joven Horacio Zeballos (49º) al ganarle a Roby Ginepri (98º) por 6-4, 6-7(7) y 7-5 en un parejísimo duelo y en donde ambos demostraban no ser hombres de la arcilla.

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