
En principio, en New Haven partían como cabezas de serie -una vez que el ganador del año pasado, el español Fernando Verdasco (8º) optara por no defender su corona- el chipriota Marcos Baghdatis (18º y semifinalista la semana anterior en Cincinnati habiendo derrotado a Nadal en cuartos, finalista en Washington a principios de mes cayendo contra Nalbandian y por tanto con la moral por las nubes) y el brasileño Thomaz Bellucci (28), pero los organizadores del torneo lamentaban la baja de última hora de la estrella local, un Mardy Fish (21º) extenuado por su maratoniana final de días antes en Cincinnati ante Roger Federer (2º). El cuadro también presentaba alguna guinda como el regreso a la alta competición con posibilidades de ganar sus partidos y no arrastrase por la pista, como el chileno Fernando González (29º) y el checo Radek Stepanek (30º) y que se enfrentaron en segunda ronda y ganó el europeo por estar algo más rodado tras la inactividad de ambos. El rumano Victor Hanescu (54º) o el kazajo Andrey Golubev (38º) no demostraban tampoco su jerarquía ante tenistas inferiores y el mismo camino seguía el gerundense Tommy Robredo (39º), que caería en octavos ante el futuro campeón del torneo.
Stakhovsky (47º) recibió el espaldarazo definitivo a su tenis cuando ganaba en cuartos a Baghdatis (18º) en el tie-break del tercer set, cuando todo tocaba a su fin y la victoria podría ser para uno u otro. Con este empujón moral, el holandés de Bakker (53º) fue un juguete en sus manos y aunque hubo de remontar en la final a un Istomin (46º) que venía de darse otra paliza a tres mangas contra Troicki (45º) en semis, siempre mantuvo un aparente control sobre su tenis, y lo que es más importante en este tipo de pistas, sobre su saque. Con una amplia gama de saques, tanto potentes y ajustados como liftados y colocados con precisión suavemente, el ucraniano tuvo que hacer frente a pocas bolas de roturas en contra y si bien tampoco tuvo muchas a favor ante de Bakker e Istomin, sí que tuvo la capacidad de agenciarse las roturas suficientes en los momentos decisivos de los partidos para ascender al puesto 36 del ranking y andjuntar el cuarto título a su palmarés, tras lo de Zagreb 2008 y San Petersburgo 2009, y el ya mencionado Hertogenbosch 2010, con lo que se mantiene invicto en las finales profesionales de ATP que disputa, ya que de cuatro instancias finales a los que ha llegado, ha ganado en todas y no conoce lo que significa perder una final en singles, ya que como doblista también posee un buen currículum a su vez.
http://es.eurosport.yahoo.com/tennis/atp-new-haven/masculino/p1/
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