lunes, 18 de octubre de 2010

Murray acongoja y barre de la pista a todos sus contrincantes, logrando su segundo título del año en el Masters 1000 de Shanghai sin ceder un solo set

La gira asiática acabó con el torneo de mayor ranking de dicho continente y aunque la lluvia atrasó muchos partidos los primeros días (la lluvia incesante obligaba a jugar solo en la central bajo techo y en las exteriores a medias), el octavo Masters 1000 del año conoció un mismo ganador (Murray y Canada) y ya deja paso a la temporada indoor europea.

Desaparecido para los momentos álgidos de los torneos desde que volviese a sucumbir en enero en el Abierto de Australia ante Federer (3º), el escocés Murray (4º) lleva todo el año como cuarto del mundo pero hasta que se alzó también con una semana fantástica de tenis en agosto con el Masters 1000 de Toronto -vengándose del suizo-, Andy parecía estancado en su juego, maravilloso cuando pasa de la defensa al ataque y del ataque al contrataque, que le llevó a no ser tenido en cuenta en muchos torneos e incluso a cambiar de entrenador. Parece ser que los nuevos consejos le han sentado genial, porque si bien en Pekín una semana antes fue avasallado en cuartos por el croata Ljubicic, la pasmosa superioridad del esocés esta semana en Shanghai -ningún set perdido ante Bai (465º), Chardy (59º), Tsonga (13º), Monaco (41º) y Federer (3º), pocos breaks en contra, palizas descomunales en tanteo a sus adversarios y un dominio aplastante de las pautas del juego) hace que pocas veces un tenista haya sido tan superior a los demás, y hoy en día visto lo parejo que está la cosa entre los de arriba, esta circunstancia es de destacar.

Respecto a Federer (3º), habría que constatar que después de caer en semis del US Open a mediados de septiembre y no acudir a la llamada de Suiza en la Davis, se había tomado unas largas semanas de descanso activo y que era el único de los gallitos que acudía a la ciudad más poblada de China sin haberse dejado rodar antes en algún otro torneo de esta gira asiática, por lo tanto su innata clase le bastó para llegar hasta la final a costa de buenos tenistas como Isner (20º), Seppi (58º), Soderling (5º) o Djokovic (2º), aunque solamente éste último le puso en apuros y tampoco tanto; pero no se puede considerar tanto como un mérito, sino quizás algo de desidia por no haberse querido rodar y fiarlo todo a su carisma e historial de número tenista que por dogma avanza rondas devorando tenistas de medio pelo. ¡¡¡Esos tiempos hace años que se te acabron Roger!!!!

También sería destacable la eliminación del español Rafa Nadal (1º) en una ronda como la de octavos de final, pero el partidazo que hizo el austríaco Melzer (12º) fue ciertamente sobresaliente y mandó al español a descansar antes de tiempo cuando Nadal siempre había firmado mínimo unos cuartos como 'peor' ronda en un torneo. Días después de que el manacorí riticase lo extenso del calendario ATP, un jueves Nadal ya estaba eliminado y contra todo pronóstico podrá sumar unos cuantos días más de descanso a su ya de por sí larga temporada. Por lo demás, destacar entre los gallitos que todo siguió más o menos el curso de las últimas semanas, es decir, Davydenko (6º), Soderling (5º) y Berdych (7º) sin reencontrar sus mejor tenis, Roddick (11º) lesionándose, Verdasco (9º) soltando petardazos en primera ronda y únicamente habría que reseñar la vuelta a competir del galo Tsonga (13º), y con muy buenas sensaciones además.

Sin duda, la gran revelación del torneo sería el argentino Juan Monaco (41º), beneficiado en su parte del cuadro por el bajón tenístico del ruso Nikolay Davydenko (6º), que defendía corona pero que no es capaz de hayar su nivel tras la lesión de muñeca que sufrió en la primera parte del año, y sobre todo el adiós de Nadal (1º), su gran amigo de la Play y a quien consiguió vengar en cuartos ante Jurgen Melzer (12º), al que supo aguantar más de medio partido y tras no venirse abajo después del primer tie-break lo acabó ganando por físico. En la otra parte del cuadro Monfils (14º y finalista días antes en Tokio) sería víctima de su compatriota Richard Gasquet (31º) en segunda ronda, mientras que el checo Berdych (7º) mejoró ciertamente su tenis respecto a semanas pasadas pero se topó con un Guillermo García-López (35º) enrachado que apuraba la poción mágica que le hace casi invulnerable en esta gira asiática. Los cuartos de final presentaban un cartel ciertamente de lujo pero las palizas (en cuanto a marcador y juego sin igualdad) infringidas por Murray (4º) a Tsonga (12º) -un doble 6-2 cuando en partidos anteriores 'Ali' venía golpenado duro y asustando-, Federer (3º) a Soderling (5º) -doble 6-1 con el que Robin se quedaba no sabiendo a donde mirar- y Djokovic (2º) a García-López (35º) dejaban unas semis con los tres aspirantes a sólidos número uno faltando Rafa (Roger, Nole y Andy) y con el argentino Monaco como invitado de piedra.

Y tanto que lo fue el pobre 'Pico' ya que el escocés no le daría ni siquiera una mínima oportunidad de sacar a relucir su inestimable garra, esa cabezonería que una ronda antes sí le valió para lograr su mejor clasificación en un torneo de este calibre y que es su mejor ronda de este año, incluso por encima de la final de Santiago de Chile que perdiera en febrero pasado ante Bellucci (25º). En la otra semi se revivía auqel partidazo a 5 sets también de semis del último Grand Slam, el US Open, cuando Djokovic (2º) ganó por apenas una pelota de ventaja a Federer (3º), y en esta ocasión el suizo sacó partido del cansancio del balcánico, que venía d ejugar la final del torneo de la semana anterior ese mismo lunes; 'Nole' no estaba fresco y no aprovechó ni una sola de las 4 bolas de break de las que dispuso y por 7-5 y 6-4 dejaba expedito el camino a la final al genio helvético. Y este, quería tomarse a su vez la revancha con Murray (4º), ya que no olvidaba aquel doble 7-5 salpicado de interrupciones por la lluvia y alteraciones raras de los breaks y contrabreaks que se vivió en agosto en la final del Masters 1000 de Toronto, pero una vez más (y ya van 8 contra 5 las veces en las que el de Dunblane acogota al de Basilea) Murray llegaba a todas las bolas, se plantaba cómodo en el fondo de pista queriendo peloteos y arañando todos los puntos débiles, o por lo menos flacos, que el saque de Federer mostraba. Con su segundo título del año, Murray ya debe congratularse por haber salido de la espiral de insolvencia que le inundó gran parte del año, y con la pista rápida en pleno apogeo, el escocés encara ese Torneo de Maestros a disputar en Londres.

Para finalizar, un curioso dato del discurrir del ranking ATP: el número 4 del mundo le gana la final al 3, pero no le adelanta, y es más, como en semis el 3 le gana al 2, el 3 se vuelve 2, aún perdiendo con el 4. Muchos puntos de por medio, pero no deja de ser llamativo.

http://es.eurosport.yahoo.com/tennis/shanghai-masters/masculino/p1/

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