Pero justamente fue el suizo quien le daría el primer disgusto serio del año, en Melbourne Park en enero, donde tras una serie de contrincantes perdidos en el ranking, Isner (28º) iba a suponer la confirmación al buen tenis del escocés, que llegó a cuartos ante Nadal (1º) sin ceder un set y ante el balear iba a mantener esta dinámica mandona hasta que en el tercer set Rafa iba a abandonar aquejado de una rodilla maltrecha. En semis Cilic (14º) le arrebataría el primer parcial pero después Andy comenzó a jugar primorosamente e incluso en la final se le daban muchas chances de disgustar a un Roger que enfrentarse en finales importantes a chavales ya se le venía atragantando (Delpo meses antes en el US Open); no obstante, el recordman helvético iba a conquistar su decimosexto Grand Slam y dejaba a Andy sumido en la tristeza por la oportunidad fallida de anotarse su primer 'Major'.
Febrero iba a traer al escocés un mes de relax con el petardo de caer en octavos del ATP500 de Dubai ante el serbio Janko Tipsarevic (39º) y, a pesar de llegar hasta cuartos de Indian Wells ante el sueco Soderling (7º), allí iba a probar de su propia medicina de 'antitenis' discontinuo y como se viera en Miami, donde cayó ante Fish (101º) en su primer partido, el bajón de tenis y resultados en el tenis del escocés era ya una realidad de la que le costaría muchos meses en salir. Djokovic (3º) estaba en la misma situación y como aquel, la temporada de tierra batida no proponía los dos mejores meses para revertir esa dinámica negativa. Y a fe que así fue, porque caer ante Kohlschreiber (33º) en el primer partido de Montecarlo y no poder argumentar más que algún saque potente ante Ferrer (12º) en octavos y cuartos de Roma y Madrid respectivamente, anunciaba lo que después se le vendría en Roland Garros: fulminado en octavos por el después semifinalista Berdych (17º) sin apenas enterarse y donde solamente jugó bien una ronda antes ante el chipriota Baghdatis (30º).
Con el adiós de la arcilla y el advenimiento de la hierba, se le volvería a cruzar de nuevo el 'yankee' Mardy Fish (90º) en octavos de Queen´s para caer en el tie-break del tercer set y no premonizar nada bueno de cara a Wimbledon, donde sus compatriotas lo esperaban con ansias pero también le cargaban con demasiada responsabilidad. Todos estos augurios cargaron de estrés al de Dunblane y aunque Simon (32º), Querrey (21º) y Tsonga (10º) sufrieron el implacable tenis de transición limpia de la defensa al ataque del escocés, una vez en semis se le cruzó el toro Nadal (1º) y si bien perdió por detalles puntuales, ceder en tres sets ante su gente habiendo ido siempre a remolque lo dejaba por segundo año consecutivo sin final del torneo inglés y sumido en la desolación.
Sin embargo, la vuelta del tipo de pistas que más le molan al escocés provocó que sus resultados mejorasen, y auqnue a finales de julio primero llegó sin esperarlo a la final del torneo menor de Los Angeles y después lo perdió ante Sam Querrey (20º), agosto sería vital para Murray (4º), que recuperó sus antañas sensaciones de imbatibilidad dentro de una cancha. En Canadá tumbó de una tacada tanto a Nadal (1º) como a Federer (2º), y si bien por tercera vez este año Mardy Fish (36º) le amargaba el día en cuartos de Cincinatti (de nuevo en el tie-break del tercer set), se encaminaba con opciones serias de asalto al US Open. Pero tuvo la mala suerte de toparse en tercera ronda, en plena primera semana, con el suizo Stanislas Wawrinka (27º), un tipo que si tiene el día te despacha en 4 sets, remontando incluso un inicio dubitativo, auqnue fuera un partido donde ambos hubieron de ser atendidos por mermas físicas.
Exento de la Davis por voluntad propia, Murray (4º) se encaminaría y saldría de la gira asiática con una sonrisa en su alma: en Pekín no atinó ante el croata Ljubicic (17º) en cuartos, pero vista la impecable semana de tenis que destiló en Shanghai, donde ni siquiera Federer (3º) puedo toserle en la final, hacia presagiar que cuando este chico coge la onda del tenis demoledor, es ciertamente imbatible. Pero esta regularidad apenas le duró para caer en octavos de Valencia ante el argentino Monaco (25º) y en cuartos de París-Bercy ante Monfils (14º) y ver como incluso el sueco Soderling le desbancaba del cuarto lugar del ranking ATP, aunque solo fuera por una semana.
Porque el gran reto de Andy Murray (5º) para este final de año estaba el Torneo de Maestros de Londres, donde quería dar una alegría a sus paisanos. En el Round Robin le demostró a Soderling (4º) que el cuarto cajón de la elite mundial era suyo, y tras tropezar ante Federer (2º) y barrer a Ferrer (7º), el escocés nos regaló a los amantes del tenis uno de los mejores partidos del año 2010 en las semis del sábado por la tarde: ante un Nadal (1º) enchufadísimo, tuvo al capacidad de igualar el aprtido en un buen segundo set y llevar la contienda al juego de desempate del tercer set, donde ambos estaban tan cerca de la victoria como de la derrota que, aunque parezca de perogrullo, los dos podían tanto ganar como perder. La voracidad del español dejó al escocés sin final pero con la sensación de que su tenis está muy cerca de los dos astros, aspecto que servirá presumiblemente de punto de partida de Murray (4º) de cara al 2011.
Este vídeo musical sirve para ilustrar con imágenes todo lo comentado en esta entrada. Como acompañamiento musical, esta vez opté por la mejor banda de rock escocesa del momento para sonorizar las andanzas de su compatriota: Franz Ferdinand y sus 'The dark of the matinee', 'The fallen' y 'Take me out' envuelven a Andy Murray y su año 2010.
http://es.eurosport.yahoo.com/tenis/atp-ranking/2010/calendar/
http://es.atpworldtour.com/Tennis/Players/Top-Players/Andy-Murray.aspx?t=pa&y=2010&m=s&e=0
http://www.youtube.com/watch?v=sC55kXPY9i0
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