martes, 18 de enero de 2011

Soderling 2010: mal en Australia, dos semis en la primavera 'yankee', de nuevo finalista de Roland Garros a lo matagigantes y afianzado como 5º

A sus 26 años, el sueco Robin Soderling encaraba este 2010 con el objetivo de hacer realidad aquellas palabras que le dedicó el suizo Roger Federer (2º) en plena ceremonia de entrega de premios cuando en junio de 2009 le ganó la final de Roland Garros: "espero que demuestres tu tenis con continuidad y que esto no se quede tan solo en un buen par de semanas". Porque hasta entonces Robin Soderling (5º) era un buen tenista, que desquiciaba a cuentagotas a sus rivales, pero nada constante en resultados, hasta que en París acabó con el mito de Nadal y se afianzó en el top ten el resto del año. Pero muchos jugadores se montan en la ola buena un año, se confían y después son incapaces de mantener la regularidad que se le exige a los de la elite. Y bajo este prisma quería encarar el 2010 nuestro protagonista de hoy; pero ciertamente su arranque fue pésimo, aunque en una temporada larga de 77 encuentros y muchos torneos (al no llegar a rondas avanzadas en muchos torneos importantes se dedicó a jugar algunos menores más), logró un balance de 55 victorias por 22 derrotas para tan solo dos títulos, uno en febrero en Rotterdam y el otro en noviembre en París-Bercy. Muy espaciado para otorgarle alguna racha que otra, por lo que veamos qué hizo entremedias.

Arrancaría el año como octavo hombre de la raqueta profesional y el torneo indio de Chennai sería su primera parada, mucho más corta de lo que él mismo esperaba, ya que cedió en primera ronda contra el americano Robby Ginepri (100º) en dos mangas sin apenas oponerse. Este revés se agravaría muchísimo más cuando en primera ronda del Australian Open el catalán Marcel Granollers (113º) le remontó dos sets de ventaja para acabar en el quinto ganándole con holgura, convirtiéndose en el primer favorito que daba el petardazo en Melbourne. Pero su tenis no se vió resentido, y el título de semanas después en febrero en la pista cubierta y dura de Rotterdam, donde finiquitó en semis a Davydenko (6º y en estado de gracia aún después de ser uno de los cocos en Australia) y en la final a Youzhny (20º y que se retiró lesionado), confirmó que lo del primer Grand Slam del año pudo haber sido únicamente un leve traspiés. Quiso alargar esta racha en Marsella pero se topó en cuartos con el después campeón del torneo el galo Michael Llodrá (79º) y se centró en algo que no le apasiona en exceso.

Porque la Copa Davis históricamente en Suecia ha sido un torneo venerado y ganado muchas veces por todos los buenos jugadores escandinavos que ha habido, pero en la actualidad Robin es el único top 100 del tenis sueco y el siguiente jugador destacable se pierde del 250 hacia atrás. Esta falta de acompañantes solventes hace que recaiga un peso excesivo sobre sus espaldas y cuando se les presentó en sus parajes una nación tan obsesionada como Argentina en ganar la Davis, la empresa se tornó complicada. Los suecos eran favoritos por muchas razones, como el jugar en casa pero más por la ausencia de Del Potro (5º) en la serie y lo renqueante que llegaba Nalbandian (161º), sin volver a competir regularmente aún tras su operación de cadera en mayo de 2009. Soderling (7º) batiría en tres ajustados sets tanto a Schwank (64º) el primer día como a Mayer (73º) el tercer día, pero con su derrota junto a Lindstedt (sin ranking de individuales) ante Nalbandian y Zeballos sepultó todas sus opciones de pase.

No obstante, este rodaje pareció sentarle bien a Robin, ya que en la gira primaveral por Indian Wells y Miami logró dos muy buenas semifinales, cayendo en el desierto californiano ante Roddick (8º) en tres reñidos sets (más por el juego de peloteos que por el resultado) y en la costa este ante Berdych (20º) siendo apalizado. Es curioso que los jugadores que les batieron después perderían la final, pero en su andadura por estos dos torneos derrotó a jugadores tan buenos como Tsonga (11º), Murray (4º), Fernando González (12º) o nuevamente Youzhny (15º). En cuanto llegó la temporada de tierra batida, Montecarlo, Roma y Madrid, los tres Masters 1000 importantes de abril y mayo, parecían no importarle nada al sueco, ya que al principado monegasco ni acudió, mientras que Wawrinka (26º) y Almagro (35º) dieron buena cuenta de él a las primeras de cambio en las capitales italiana y española. Por en medio, se le ocurrió llegar hasta la final del Conde de Godó en Barcelona, cediendo en tres mangas ante Verdasco (9º) y afinando tal vez su tenis en arcilla para defender su buena actuación de un año antes en París.

Justamente la capital francesa debe de ser talismán para el sueco, ya que sus mayores gestas las está logrando allí. Tras foguearse con desconocidos en las primera rondas y entrar en calor ante Montañés (34º) y Cilic (12º), en cuartos parecía que iba a terminar su andadura en Francia, y más tras ceder el primer set ante el suizo Federer (1º). Pero encontró la clave para dañar el juego en tierra del helvético (sin mandarle globos altos y botones al revés, como gusta de hacer Rafa) y en cuatro sets enseñaría a Federer el camino para perder de golpe y porrazo tanto sus puntos como el número uno mundial. En semis se toparía con un tenista que lo había vapuleado ya este año (en semis de Miami), un Berdych (17º) que lo presionó hasta los 5 sets en un duelo de verdaderos aspirantes. Sin embargo, el sueco se dejó todas sus fuerzas en las semis y en la final el toro menorquín fue demasiado para él, como lo sería en cuartos de Wimbledon un mes después, adonde el sueco llegó primero vengándose en segunda ronda ante Granollers por lo de Australia y después sepultando tenísticamente al brasileño Bellucci (24º) en tres mangas y al español Ferrer (11º) en 5 agónicos sets. El mes de julio le traería un torneo de casa, el de Bastad en tierra, y aunque llegó a la final, una vez allí Almagro (20º) lo dejó como subcampeón con la miel en los labios.


Agosto no resultó para nada tan pródigo en buenas actuaciones, ya que en el binomio Canadá-Cincinnati firmó sendos octavos pero tanto Nalbandian (45º) en Toronto como Roddick (13º) en el territorio de los grandes camiones le ganaron por explotar sus propios méritos y no dejando salir a la luz las del escandinavo. Y el US Open sería más de lo mismo, donde el holandés de Bakker (48º) y el español Montañés (23º) le sirvieron de antesala para perderse en sí mismo en los cuartos ante Federer (2º), rival que de aquí a final de año lo apalstaría cada vez que pudo (Shanghai o Londres) en revancha-venganza por lo de Roland Garros. Antes de emprender la gira asiática, tuvo tiempo de contribuir a que su país se quedara un año más en el Grupo Mundial de la Copa Davis al no dejar ascender a Italia gracias a sus dos puntos ante Fognini (71º) y Bolelli (116º), a los que aplastó en tierras suecas. Más adelante, Kuala Lumpur y Pekín no supusieron una buena preparación para Shangahi, ya que en los tres torneos no pasó más allá de cuartos ante el kazajo Golubev (41º), el español Ferrer (11º) y el suizo Federer (3º), de nuevo.

La barrera de cuartos iba a empezar a convertirse en una obsesión cuando hacia finales de octubre y en casa, en Estocolmo, sería apeado por el germano Florian Mayer (47º), después de desfondarse al perder el primer tie-break. Superaría dicha ronda en Valencia, pero se le volvía a cruzar en su camino un Ferrer (8º) en busca de llegar al Torneo de Maestros en Londres y le propinaba su vigesimotercera derrota del año. Llegaba al Masters 1000 de París-Bercy con la sensación atenuada de que era un peleas pero no un ganador, y los diversos cruces dados esa semana le benefició por primera vez en todo el año. En su ciudad fetiche ganó del tirón a tenistas tan buenos como Simon (43º), Wawrinka (22º), Roddick (8º) o Llodrá (34º) en unas semis antológicas, antes de parar al ciclón Monfils (14º) en la final.

La ronda de Round Robin en el Torneo de Maestros le dejó dos derrotas, ante Murray (5º) el primer día y ante Federer (2º) el tercero, con la única nota positiva de ganar a Ferrer (7º) el segundo día y cerrar el año como quinto hombre en el ranking, muy cerca del cuarto Murray, a quien es muy capaz de quitarle su puesto en sucesivas semanas. Su entrenador milagro estos años ha sido su compatriota Magnus Norman, también ex tenista, pero de ahora en adelante han cesado su colaboración y será el chistoso italiano Claudio Pistolesi quien guie a Soderling (5º) por el circuito ATP.

Como buen sueco, el rock debía de acompañar a Robien en su vídeo musical, por tanto opté por grandes clásicos del rock escandinavo de la década de los 90. Ya que Mando Diao y Ok Go (los dos mejores grupos de rock de hoy en día, auqnue para algunos tengan toques demasiado pop) se utilizaron para otro vídeo, en esta ocasión son (The) International Noise Conspirancy y su 'Capitalism stole my virginity', Hardcore Superstar y su 'Hey Now!', The Hellacopters y su 'The hopeless case of a kid in denial' y Turbonegro con 'All my friends are dead' los que guiarán a Robin en esta andadura de poco más de 9 minutos.

http://es.eurosport.yahoo.com/tenis/atp-ranking/2010/calendar/

http://es.atpworldtour.com/Tennis/Players/Top-Players/Robin-Soderling.aspx?t=pa&y=2010&m=s&e=0

http://www.youtube.com/watch?v=Goxm2eGFD4Q

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