El titular de esta entrada resume, muy resumido eso sí, lo que se ha vivdo en esta primera semana de Wimbledon, tercer Grand Slam del año y punto que marca el ecuador de la temporada tenística. Entre los 16 mejores del torneo faltan pocos cabezas de serie, y quitando al argentino Del Potro (8º ya), que a saber cuando reaparecerá de su lesión de muñeca, únicamente faltan a esta instancia gente como el croata Marin Cilic (12º) o el español Fernando Verdasco (9º), dos jugadores con un tipo de juego presumiblemente apto para la hierba pero que nunca obtuvieron destacados resultados sobre tal superficie. Y que el ruso Nikolay Davydenko (5º) no ganara más que el primer partido y cayese en segunda ronda en cuatro sets tan solo constata su lenta vuelta a las canchas tras meses lesionado y que quiere coger el punto para la Davis de Rusia frente a Argentina de aquí a dos semanas.
Después vendrían gente como algunos gallitos de los serios, como el estadounidense Andy Roddick (7º), el escocés Andy Murray (4º) o el serbio Novak Djokovic (3º) que están firmando un torneo brillante, con actuaciones aplastantes a ratos y que les confiere un estatus de posibles candidatos a pelear por la corona. Viendo las actuaciones de los tres en torneos anteriores, en Londres se les ve más sueltos y con más empaque, aunque Nole a punto estuvo de liarla en primera ronda al tener que remontar a 5 sets al belga Olivier Rochus (68º). En la misma situación se encuentran otros tres buenos tenistas como son el sueco Robin Soderling (6º), el francés Jo-Wilfred Tsonga (10º) y el checo Tomaz Berdych (13º), que sin hacer mucho ruido ni ser el foco de atención, se hayan estratégicamente bien situados en su parte del cuadro a la espera de propinar algún que otro zarpazo.
Y ¿de hincar el diente a quien se trata? Pues a los dos grandes monstruos del circuito ahora mismo, al español Rafa Nadal (1º) y el suizo Roger Federer (2º), de lejos los tenistas más carismáticos del momento. No obstante, ambos han tenido partidos complicados y largos para llegar al segundo lunes de competición, ese día que en Wimbledon parece partirse de cero de nuevo, ya que el primer domingo siempre se descansa en Londres, no hay tenis. En el partido de apertura del torneo que siempre realiza cada año el campeón vigente, Federer hubo de irse al quinto set contra el colombiano Alejandro Falla (60º) para remontar por un tanteo de 5-7, 4-6, 6-4, 7-y 6 6-0 que le tuvo al borde del abismo: como se viera en Halle, el saque de Roger en hierba este año no era tan letal y de eso iba aprovechándose Fallita, como le conocen en su tierra, hasta que en el cuarto sacaba con ventaja para ganar el partido pero que se hundiría después. Otra vez más, y ya van muchas este año, que Roger se salva por renombre y acogotamiento del rival, y aunque mejoró en los dos siguientes partidos, sus sensaciones en el que podría ser su séptimo título en el All England Tennis Club no están siendo del todo positivas, aunque el maestro suizo ya tiene tantas batallas encima que sabe que en tenis los golpes y la magia se recuperan al instante cuando se posee tanto talento. Próxima parada: Jurgen Melzer (16º).
Eso en cuanto al número dos mundial se refiere, pero y ¿las rodillas de Rafa que tal van en hierba? No olvidemos que Nadal viene de arrasar en tierra como lo ha hecho siempre que ha podido pero que en otras superficies llevaba una dinámica de no acabar de rematar, sí de conseguir buenos resultados pero no ganar. La hierba pude ser un buen medidor e indicador de si el polvo de ladrillo le ha servido al menorquín para volver a ser ese tenista super que gana en cualquier superficie o si por el contrario se estanca de nuevo en el 'quiero y no puedo' que le marcó la segunda parte del 2009 y la primera del 2010. A día de hoy flota en el circuito tenístico la sensación de que el capo es Rafa, el tenista a batir, y claro, ante eso los oponentes dan lo mejor que atesoran sus raquetas: aunque el japonés Kei Nishikori (189º) no opuso mayores dificultades, tanto el holandés Robin Hasse (151º) como el germano Philipp Petzschner (41º) exprimieron de lo lindo todos los recursos de Nadal, hasta llevarlo al quinto set y teniendo que remontar marcadores muy adversos en ambos casos. Y en octavos le espera un francés que en hierba esta firmando su mejor año, uno de su misma generación, un Paul-Heni Mathieu (66º) que viene de cargarse, entre otros, al ruso Mikhail Youznhy (14º) y el holandés Thiemo de Bakker (49º).
Pero sin ninguna duda, lo más comentado y lo más alucinante de esta semana en el tenis se vivió entre el martes y el jueves en la pista 18 en un partido a priori intrascendente. ¡¡¡¡¡Qué injustos podemos llegar a ser los aficionados a este deporte a veces!!!!!!!!!! Partido de primera ronda entre dos primorosos sacadores como el estadounidense John Isner (19º) y el francés Nicolas Mahut (148º), nada reseñable a priori, excepto que comenzaron a jugar un martes e iban 6-4, 3-6, 6-7 y 7-6 cuando por falta de luz se decidió dejar que se decidiese todo el miércoles. Todo correcto a priori pero en vista de la igualdad de los dos últimos tie-breaks y con todas las fortalezas y debilidades del rival captadas, el miércoles comenzaron a jugar a las 16 horas (lógico tras el palizón de los 4 sets del día anterior) para acabar empatados a 59-59 en juegos en el quinto set antes de quedarse de nuevo sin luz natural. Hacía rato que ya habían hecho historia, porque el tanteo más abultado en juegos en un quinto set de un Grand Slam se encontraba por la veintena media, con lo que la sucesión de aces y juegos rápidos por parte de ambos valían más que nada para entrar en la leyenda.
El americano era quien más cerca estuvo siempre de llevarse el partido, ya que contó con más bolas de break, match points siempre en su caso porque era quien tiraba del marcador y empezaba a restar siempre a 4 tantos de la victoria. Ambos estuvieron a punto de pulverizar el marcador -la tecnología de Winbledon no está preparada para tanteos más allá de los tres digitos- y rondaron la centena de aces. Finalmente, el jueves volvieron a jugar otro minipartido y tras el 59-59 del día anterior, el quinto set sería para Isner por 70 a 68, quien puede presumir de haber juagdo y ganado uno de los partidos más épicos del tenis mundial y que tendrá en Mahut un amigo al que invitar de por vida a vacaciones y cenas jejeje. Ni que decir que en siguiente ronda, un exhausto Isner sucumbió por la vía directa.
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