El tenis es un deporte tan individual, jugado todo el año a duelos individuales, que ,quitando el circuito de dobles, el tenista se encuentra muchas veces dependiendo absolutamente de sí mismo, sin poder echar mano del apoyo de un compañero o de los consejos de un entrenador. Pero todo esto se minimiza, en parte, en la Copa Davis, la competición por selecciones del mundo del tenis, donde los mejores 16 equipos del mundo, organizados en el Grupo Mundial, se baten de marzo a diciembre en rondas a partir de octavos.
Quizás no sea la competición más democrática justa ni aquella donde un gran campeón pueda ganar simplemente por el hecho de ser el mejor. Pero casi siempre sí que gana el mejor país ese año o por lo menos quien vence a menudo es merecidamente. Porque lo que prima en esta competición es la suma de varios estilos tenísticos, la unión de fuerzas es lo que otorga la gloria, por lo que muchos grandes tenistas pueden encontrarse en lo más alto del ranking ATP pero al no poseer su país más elemento determinantes, tienen su casilleros de Davis a cero.
A día de hoy, los casos más significativos de ésto último los encontramos, entre otros, en la Suiza de Roger Federer o la la Gran Bretaña de Murray, aunque estos solo desde 1936. En el caso opuesto, podemos mencionar a países malditos en esta competición, como es el caso de Argentina o de Francia, aunque ambos por casos muy distintos: los sudamericanos porque a pesar de poseer desde siempre grandes tenistas (Vilas o Coria historicamente y Nalbandian o Del Potro hoy en día) parecen sufrir una mañdición en la Davis y no consiguen juntar un buen equipo ni que las circunstancias les sonrian, mientras que los franceses, a pesar de poseer varias Davis ya en su palmarés, llevan casi una década tropezando estrepitosamente ya que al ser el país, junto con España 12 en total, con más tenistas en el top100 sale como máxima favorita siempre y otras potencias menores siempre los sorprenden.
Los grandes dominadores históricamente de esta competición han sido los EE.UU. y Australia, con 32 y 28 entorchados cada uno, siendo sus últimas conquistas en 2007 en caso de los 'yankes' contra los rusos y en 2003 los 'aussies' frente a los españoles. A una eternidad de estos dos países se encuentran con 9 victorias el Reino Unido pero la última hace más de 70 años y Francia, mientras que Suecia posee 7 títulos pero su época dorada de los 90 queda ya muy lejos. España siempre pareció maldita en esta competición pero en esta última década se ha desquitado con 4 triunfos, la penúltima el año pasado en una memorable final contra Argentina en Mar del Plata. Tras las semis de 2008 donde los españoles batieron en Madrid sin problemas a EE.UU y los argentinos en Buenos Aires a los rusos, eliminando precisamente a los dos finalistas de 2007, los sudamericanos eligieron una pista rápida para no tener que encontrarse con Nadal en tierra, pero el balear no jugaría aquella final por estar lesionado, mientras que un imberbe Del Potro llegó tocado tras el Masters de Shanghai y el efecto Nalbandian no fué suficiente para contrarrestar el juego solvente del dúo de zurdos Verdasco-Feliciano López.
La edición de 2009 arrancó con los siguientes emparejamientos: España-Serbia (4-1) al aire libre en la tierra de Benidorm, Alemania-Austria (3-2) bajo techo, en pista dura y en Garmisch-Partenkirchen (sí, donde los saltos de esquí de cada Año Nuevo), Suecia-Israel (2-3) en carpeta cubierta en Malmo, Rumania-Rusia (1-4) también en carpeta e indoor pero en Sibiu, Croacia-Chile (5-0) en pista dura, bajo techo y en Porec, Estados Unidos-Suiza (4-1) en pista dura cubierta en Alabama, República Checa-Francia (3-2) en carpeta cubierta en Ostrava y Argentina-Holanda (5-0) al ire libre en arcilla en Buenos Aires. Dichos primeros cruces iban a disputarse entre el 6 y el 8 de marzo, y suponían una nueva fecha con respecto a la edición de un año antes, cuando las primeras eliminatorias fueron a principios de febrero.
Lanzando una ojeada al ranking ATP de esa primera semana de marzo, se deduciría que la eliminatoria con tenistas más punteros podría encontrarse en el España-Serbia, con un Nadal arrollador como número 1 y Novak Djokovic como 3 del mundo, que si bien en tierra pudiera parecer más débil, venía de imponerse una semana antes en Dubai. El extenista Albert Costa debutaba como seleccionador y capitán español, siendo el listón dejado por Emilio Sánchez Vicario muy alto. Su gran ventaja era un equipo ya hecho, con grandes jugadores que componían una convocatoria de la que se caía un Fernando Verdasco (10º) lesionado y en la que estaban Rafael Nadal (1º) y David Ferrer (12º) para los individuales, y los dobles de Tommy Robredo (15º)-Feliciano López (27º). Por parte serbia, además de 'Nole', su capitán Bogdan Obradovic traía lo mejor que tenía: aparecía por Levante uno de los mejores doblistas del circuito Nenad Zimonjic (junto al canadiense Daniel Nestor quien discute el dominio de los gemelos 'yankees' Bryant), además de dos correctos tenistas como Janko Tipsarevic (47º) y Viktor Troicvki (43º). Y como polémica de esta serie, las palabras del padre de Djokovic acusando a la Federación de Tenis serbia de no hacer "el trabajo necesario" para que no les tocara algún rival potente, dado el estatus de su primer jugador en el ranking mundial.
Como local, los españoles eligieron la arcilla y se enfrentaron a la eterna petición de los jugadores, que se jugara a nivel del mar. En pleno mes de marzo la climatología podía resultar peligrosa, ya que la primavera española, aún tratándose de la costa levantina, es relativamente húmeda. La idea era construir en las instalaciones de Terra Mítica una inmensa pista de tierra al aire libre, y la idea, se hizo realidad. Pero nunca antes en la historia reciente de la Davis se hubo de suspender una eliminatoria por causas climatológicas y si esa situación se diera acarrearía la eliminación del equipo local. Aunque esta posibilidad nunca pasó del rumor o de flotar levemente en el ambiente de aquellos días, ni siquiera el fuerte viento desatado en la zona y que desprendió escandalosamente una de las gradas construidas, hizo que los partidos corrieran peligro de disputarse. El fuerte viento y los desperfectos en una de las gradas hicieron que se suspendiesen los partidos del viernes y que se pasaran a jugar en sábado, y lo que es el destino, la eliminatoria que más tarde empezaba (los demás enfrentamientos arrancaron el viernes) podría ser el que antes se solventara, ya que ese sábado se disputó también el dobles, tras los dos individuales, al no estar implicado ningún tenista en los individuales y dobles a la vez.
El número dos español, Ferrer (12º), y el 1 serbio, Djokovic (3º), comenzaron las hostilidades. Era un partido con un precedente cercano, ya que una semana antes el serbio había ganado bien al español en la final del ATP500 de Dubai. Pero aquello fué en pista rápida y este partido era en arcilla, superficie a la que Novak hubo de intentar aclimatarse en menos de una semana. Y aunque nadie quiera decirlo y los propios tenistas nunca lo vayan a admitir abiertamente, los balcánicos parecieron salir a jugar ya derrotados, porque los fallos de 'Nole' y su falta de actitud ganadora no era propio de un superclase como él, y más viendo el nivel que daría dos meses después en los torneos de la tierra europea. No obstante, el mérito que atesoró Ferrer también fué muy alto y sin dejar coger el ritmo a su oponente, le endosó un doble 6-3 que desesperaba a su rival, quién ajustó un poco más su saque en el tercer set y consiguió llevárlo al tie-break, en la creencia que su jerarquía haría el resto del trabajo, pero 'Ferru' le dejó de nuevo sin argumentos y subía con el apoyo del público el primer punto al casillero español.
A continuación, el número 1 español, Nadal (1º), se enfrentaba con el número 2 serbio, Tipsarevic (47º). Y la paliza que le dió fué de escándalo (6-1, 6-0, 6-2), arrollándolo de principio a fin y con la sensación de que ni siquiera iba con su marcha más alta metida, sino más bien en tercera casi. Con un claro 2-0 para los españoles, los serbios iban a jugar su mejor baza, el dobles de Troicki-Zimonjic frente a López-Robredo: fué un 7-6, 6-4 y 7-6 para los serbios que aún así, resultó ser bastante más trabajado de lo que en un principio parecía. El sábado terminaba 2-1 para los españoles y con el as bajo la manga de Nadal para cerrar la eliminatoria. Pero los serbios también contaban con que Novak les diera algún punto y el duelo entre los dos números 1 de cada equipo prometía ser fascinante: pero Nadal maniató a un Djokovic que aumentó un punto su nivel del partido anterior pero que no conseguía centrarse en los momentos claves de los sets que llevaba emparejado hasta Nadal aceleraba hasta el break. 6-4, 6-4 y 6-1 para España que solventaba la eliminatoria con un claro 4-1 y dejaba en anécdota el 6-0 y 6-3 con el que Ferrer ganaba a Troicki en el quinto punto.
El Alemania 3-Austria 2 no fué al final tan ajustado como marca el resultado. Pero las apreturas para los germanos fueron palpables al inicio de la eliminatoria, sobre todo el primer día, cuando su supuesto número 1, Rainer Schuettler (31º) -ese jugador que apeló a la justicia ordinaria para que le permitiesen representar a su país en los Juegos Olímpicos de Pekín'08 alegando a su ranking de agosto y quitando el puesto a otro tenista que legalmente tenía su sitio ganado porque los puestos se ganaban con el ranking de mayo, incidente que le hacía ser nada querido en el equipo y en el país bávaro-, perdía contra el austríaco Stefan Koubek (255º), un semidesconocido que en 4 sets dejaba patente que los mejores momentos del germano, de 33 años y número 5 en 2004, quedaban ya muy lejanos.
Kohlschreiber (37º) tranquilizaba a los locales con una sufrida victoria en 5 sets, con el tie-break del primer set perdido y teniendo que remontar, al correoso Jurgen Melzer (32º). El dobles alemán de Kohlschreiber-Kiefer también maniataba en 4 sets a Feya-Knowle y conseguían dar la vuelta a la eliminatoria, dejando tan solo un punto más por lograr. El capitán Patrik Kuhnen escogía a Kiefer (33º) para tal objetivo y, el que alcanzara el número 4 de la ATP en 2000, se merendó en tres sets de nuevo a Melzer, para ya con el 3-1 en el marcador debutara en la Davis Cristopher Kas, sin ranking en individuales pero el 33 en dobles. La cercanía entre ambos países confería al duelo una rivalidad que finalmente se solventó del lado del hermano mayor.
En el Suecia 2-Israel 3 se vivió una de las grandes sorpresas de esta primera ronda y se vieron varios partidos a 5 sets con sabor inigualable de Davis. Una vez más las consecuencias políticas salpicaron algo tan bonito como es la práctica profesional de un deporte y los partidos entre suecos e israelitas tuvieron que jugarse a puerta cerrada por los ataques judíos a los civiles palestinos unos meses antes. En lo estrictamente deportivo, el mejor jugador sueco del momento -y el único del top100-, Robin Soderling, optaba por descansar en esta ronda y dejaba la eliminatoria en manos de jugadores con ranking muy bajo. Los cuatro partidos de individuales se solventaron en 5 sets y el de dobles en 4, señal de que los israelies no regalaron ni lo más mínimo y que Suecia no aprovechó en absoluto su condición de local y favorito.
El primer día Thomas Johansson (178º) ganaba a Harel Levy (241) con un 8-6 en el quinto set pero marcaba las directrices de lo sufrido que iba a ser la clasificación o no para los suecos, quienes a punto estuvieron de dar un paso de gigante en el segundo partido cuando Andreas Vinciguerra (237º) perdió por 11-9 en el último set ante Dudi Sela (63º), único tenista del top100 entre tanto tenista semiprofesional. El dobles sueco, Apelin-Lindstedt, batieron en el partido menos igualado a Hadad-Ram en 4 parciales y ponían los cimientos para la épica de los judíos el domingo.
Con 2-1 en contra y al borde de la eliminación, el único consuelo hasta ahora de Israel era que tampoco estaban tan lejos de las victorias. El cuarto punto entre Sela y Johansson también se fué a los 5 sets y para añadir más gloria para unos y la sensación de emterse en mñas problemas para otros, Sela ganó remontando el partido. La guerra total estaba servida para el quinto y definitivo punto entre Levy y Vinciguerra. Por primera vez los suecos estaban más lejos de ser eliminados que de pasar pero el que fuera número 33 del mundo en 2001 logró forzar un quinto set que iba a ser de infarto. Levy se llevó la victoria por 8-6 y convulsionaba tanto el país nórdico como el de Oriente Medio, dando a estos últimos un plus de confianza que más adelante se demostraría inquebrantable.
Mientras, el Rumania 1-Rusia 4 tampoco hacía valer el factor campo para los locales. En este caso, la diferencia entre ambos países era tan abismal que los favoritos, los rusos, apenas hubieron de forzar mínimamente la máquina para plasmar su superioridad. Cuando el rival está tan lejos de uno, en la Davis siempre se opta por cambiar de superficie para acortar las distancias tenísticas, pero los rumanos tampoco se veían capaces de mejorar con ningún cambio de pista. Con Davydenko aún lesionado del pie y Andreev bajo de forma, los rusos se presentaban ante los rumanos con tres jugadorazos de individuales, Safin, Tursunov y Youznhy, y una futura promesa, Gabashvili, mentras que los rumanos dependían en exceso de dos Victors, Hanescu y Crivoi.
El genio de Marat Safin (25º) apabulló en tres largos sets a Victor Crivoi (123º), mientras que el primer día acabaría 2-0 para los rusos tras una sorpendente paliza en tres medianos sets de Mikhail Youznhy (60º) a Victor Hanescu (39º). El dobles rumano, Copil-Tecau, daba algo de oxígeno a su país después de en 5 sets y tras tres tie-breaks a Safin y Tursunov. Este último, número 28 del mundo, remontaba los dos sets de desventaja que llevaba contra Hanescu y tras dar con la tecla de como romper sistemáticamente el sque de su oponente, daba la clasificación a su país. Y ya con todo decidido, Crivoi apenas mostró intensidad ante Gabashvili y también cedía el quinto punto.
Tras varias eliminatorias copadas por países europeos, un país allende del Atlántico, entraba en liza en el Croacia 5-Chile 0. Sin embargo, lo hacía en territorio hostil, muy lejos de sus lares y sin su mejor jugador, un Fernando González (17º) lesionado en la espalda y enemistado con la Federación de Tenis de su país. La responsabilidad máxima recaía sobre las espaldas de un Nicolas Massú (98º) ya en la parte final de su carrera y un tenista tan correcto como prometedor, Paul Capdeville (93º). Por parte local, un esperado crack como Marin Cilic (19º) y un tenista que no acaba de explotar como Mario Ancic (30º) -una extraña enfermedad que lo fatigaba constantemente frenó su progresión hara un par de años- iban a ser los titulares, con el cañonero Ivo Karlovic (29º) en la recámara.
Los chilenos son habitualmente buenos jugadores en tierra pero sobre pista dura no destacan, con lo que el mejor ranking de los locales se dejó notar desde el principio de la contienda. Y en el primer punto Ancic desmontó a Massú con relativa facilidad, viéndose parcialmente igualado en el tercer set, hasta que al tie-break liquidó el encuentro. Acto seguido, Cilic daba un serio correctivo a Capdeville, dando paso con 2-0 a favor croata, de una curiosa situación que solo la Davis es capaz de provocar: los 4 jugadores de los individuales del primer día, se vieron las caras por parejas el segundo día, pero la revancha chilena nunca pasó a tener visos de hacerse realidad, a pesar de lograr anotarse un set. Con todo solventado, el tercer día fué un experimento para ambos capitanes, ya que dieron la oportunidad de jugar a los tenistas teóricamente suplentes. 5-0 para los croatas y mientras la prensa chilena tildaba de "desastrosa" la actuación de los suyos, la ilusión comenzaba a extenderse entre los balcánicos.
Las canchas europeas estaban siendo el escenario de todos los duelos, pero fuera de Europa el tenis de la Davis también tenía cabida. En Birminghan (Alabama) el campeón de la Copa Davis 2007 (es decir, un equipo que aún contaba en sus filas con tenistas que ya habían sido campeones y esa vitola infunde mucho respeto) ponía en liza a Roddick (6º) y Blake (13º), junto a los gemelos Bryant para los dobles, contra quienes iban a medirse unos suizos sin un habitual ausente en primera ronda de la Davis, Federer, pero con Stanislas Wawrinka (16º) a la cabeza. EE.UU se impuso por 4-1 pero la diferencia no fué tan contundente: Wawrinka remontaba un set en contra para ganar el primer punto en 4 sets ante Blake y las alarmas saltaban entre los norteamericanos.
Andy Roddick acudió al rescate de los suyos y aplastó en tres sets a Marco Chiudinelli (341º), aunque solo plasmó su superioridad en los dos primeros sets, ya que en el tercer parcial el tie-break al que se vió obligado a acudir fué algo incómodo de ganar. Pero 'A-Rod' lo ganó y todos presuponían que Wawrinka e Yves Allegro iban a claudicar sin remedio ante los Bryant: y todo iba encaminado a ello tras dos primeros sets sencillos para los 'yankees', cuando los suizos se apuntaron con garra el tercer set por 6-3 y llevaron el cuarto parcial al tie-break, momento en el que Mike y Bob se pusieron serios y dejaron a los suizos en dos tantos únicamente para poner a los norteamericanos a un punto del pase. Los dos números uno, Roddick y Wawrinka, el sexto y decimosexto del mundo, se enfrentaban y a pesar de ser dos tenistas muy punteros con más d eun lustro en el circuito, nunca se habían enfrentado, ya que el emparejamiento en el Masters Series de Roma'08, donde Roddick se retiró cuando perdía por 3-0, no podía servir de referencia. El de Nebraska ganaba fácil por un doble 6-4 y 6-2 al de Lausana, quien no pudo repetir la sorpresa del primer día contra Blake, quien por otra parte, se desquitó contra Chiudinelli en el quinto punto.
Uno de los máximos favoritos a hacerlo bien o por lo menos a llegar lejos, como siempre, era Francia, ya que con la eclosión un año antes de tenistas como Tsonga, Simon, Monfils o Gasquet, más otros como Mathieu, Chardy o Santoro que perfectamente serían titularísimos en otras selecciones, podían formar varios equipazos potentes. Pero la eliminatoria era en Ostrava y los checos propusieron una superficie ultra-rápida en botes y de velocidad máxima en los saques sobre todo. Los checos hacía años que no daban con la tecla para pasar rondas en la Davis, mientras que Francia se presentaba como la favorita, pero su capitán quizás se equivocó en la elección de su número uno, por esa dichosa manía de otorgar los rangos dependiendo del ranking y no de otros atenuantes como el estado de forma, las habilidades sobre las superficies o los 'head to heads' con otros tenistas. De este modo, Gilles Simon (8º) arrancaba la serie contra Tomas Berdych (22º) y ofrecieron un buen partido, a 4 sets y con dos tie-breaks que se anotó el checo para quebrar la moral del galo. El día lo salvaba Tosnga (11º) al batir bien y con autoridad incluso en el tie-break del tercer set a Radek Stepanek (18º).
Los dos checos ganarían en 4 sets a Gasquet y Llodrá y ponían contra las cuerdas a los franceses, que tendrían que remontar la serie y ganar los dos partidos del domingo si querían estar en cuartos: la responsabilidad era para Simon y contra Stepanek, contra quien etnía un balance de una victoria cada uno, ambas en 2008 y cuando Simon aún no había explotado una (Roland Garros tres sets fáciles para Radek) y la otra en el Masters de Shanghai cuando Radek sustituía a un lesionado Roddick en el 'Round Robin' para ser derrotado fácil por el francés. El partido transcurrió muy igualado y prueba de ello fué el tie-break del primer set, donde Simon no supo estar a la altura y no se apuntó más de dos tantos. Stepanek seguía a lo suyo, con su juego a veces preciosista, otras anárquico y tras anotarse sin sobresaltos el segundo set, no dejó que el francés reaccionara y peleó el tercer parcial hasta llegar a la muerte súbita. En ese momento la presión pudo con Simon y perdió el partido y la serie quedándose sin anotarse siquiera un tanto en el tie-break decisivo para Francia. Con un marcador de 7-6, 6-3 y 7-6 para Stepanek, el quinto punto que ganó Tsonga contra Hernych (61º) -partido a 3 sets solo ya porque la serie ya estaba 3-1 a favor de los checos- maquilló el marcador pero desató la ira de la prensa francesa, muy dada a presionar a sus jugadores noveles y punteros.
Por último, los octavos se cerraban en la arcilla de Buenos Aires, donde los argentinos, sin Nalbandian con recientes fiebres y Del Potro optando no interrumpir su temporada de cemento, se toparon con unos jugadores holandeses perdidos más allá del puesto 200 en el ranking mundial. Las armas de los sudamericanos eran Juan Mónaco (56º) y Juan Ignacio Chela (159º), y éste último ganó el primer punto en cinco sets al tulipán Jesse Huta Galung (274º) con serios problemas. Ya existía un mal rollo tremendo entre la prensa argentina y los jugadores locales por las maneras de estrellas de alguno de los perdedores contra España en noviembre y las malas sensaciones transmitidas por Chela ante un "don nadie" -como lo citaban en un blog oficial de un diario argentino de máxima tirada- pintaban el horizonte de negros nubarrones.
Por suerte, Mónaco batía solventemente en tres sets a Thiemo De Bakker (96º) y con un 2-0 cerraba un día que comenzó inquietante pero que en el que quizás no hubo suficiente tiempo para que la prensa montara su acostumbrado tremendismo negativo. Y el pase otorgado por el dobles de Lukas Arnold-Vasallo Arguello ante Galung-Wassen en tres cómodos sets, donde en ningún momento fueron por detrás ni peligró el triunfo, liberaron toda la tensión acumulada de los aficionados gauchos. Como premio, el cuarto y quinto punto fueron aprovechados por Vasallo Arguello (50º) y Chela para batir contundentemente a Middelkoop (339º)y De Bakker respectivamente. La euforia por el 5-0 endosado a Holanda prendió como una mecha peligrosa en Argentina y sabiendo que tenían que acudir a la República Checa, la falta de prudencia fué la nota predominante, ya que aún no sabían que en mayo perderían a Nalbandian para esa eliminatoria de julio.
De marzo salían para el mes de julio unos cuartos atractivos y muy definidos de los equipos que podían verse más adelante en las rondas finales: España-Alemania en tierra batida al aire libre en Marbella, Israel-Rusia en la pista dura cubierta de Tel Aviv, República Checa-Argentina en la carpeta de techo cubierto en Ostrava y Croacia-EE.UU en la tierra indoor de Porec. Si la primera ronda se disputó en plena temporada de mes de pista dura, la segunda venía tras el paso por la tierra y la hierba, en mitad de toda la temporada en sí, cuando los grandes jugadores aprovechan para hacer una pausa, recargar pilas y planificar el devenir de la segunda parte del año.
En esta tesitura se encontraba el número uno alemán, Tommy Haas (19º), agotado tanto física como mentalmente tras los buenos Roland Garros y Wimbledon que completó, donde cayó con Federer en ambos Grand Slams, en octavos de París y en semis en Londres. También se había apuntado el ATP250 de Halle en su país, y esta buena racha le llevó a jugar muchas más rondas y partidos que lo que estaba acostumbrado, por lo que decidió parar. Esta circunstancia hizo que Alemania acudiese a Marbella con Philip Kohlschreiber (29º) como arma fundamental, escoltado por un veterano, Nicolas Kiefer (38º), y dos noveles, Andreas Beck (51º) y Mischa Zverev (47º). Por parte española Nadal (2º) aún seguía convaleciente de sus rodillas y no volvería a las pistas hasta agosto, por lo que España iba a estar liderada por Fernando Verdasco (9º) como indiscutible número uno, ya que a última hora David Ferrer (22º) también fué baja médica, lo que conllevó que Tommy Robredo (14º) adquiriese el papel de número dos, y que Juan Carlos Ferrero (37º) entrase en un equipo que completaba el eterno doblista, Feliciano López (40º).
Los españoles eran claros favoritos porque ya habían derrotado por 1-4 un año antes al mismo rival pero en Alemania y sobre una superficie más rápida, con lo que la tierra batida les daba un plus de ventaja que se antojaba insalvable, máxime cuando no se le conocía a ningún integrante del equipo alemán un atisbo siquiera de buen resultado en arcilla. La serie comenzaba con Verdasco contra Beck, el 9 contra el 51 del mundo, y dicha diferencia se plasmó en el primer set, donde el joven alemán se llevó un sonrojante rosco en contra. Pero en los dos siguientes sets Andreas demostró el porqué de su elección para disputar este punto -dejando a un más experimentado Kiefer en el banquillo- ya que quebró la dinámica arroladora del amdrileño, se apuntó por 6-3 el segundo parcial y llevó la contienda al tie-break en el tercer set, donde volvió a sorprender al español. Verdasco no se lo creía y ya empezaba a mascarse la tensión en el ambiente, porque ese mismo año el propio Verdasco ya había sido capaz de acabar jugando fatal varios encuentros que había comenzado genial. Suerte tuvo que en la Davis los partidos son al mejor de 3 sets, y en los dos últimos sets sacó su genio y a base de conviccíón dió la vuelta a la situación, como ya hiciera antes esa temporada y como lo haría después en varios torneos, convirtiéndose esta inquebrantable fe en las remontadas y querencia por los resultados ajustados en algo característico en el tenis de Verdasco.
España había salvado el primer escollo, pero el segundo fué demasiado para Robredo (14º), ya que al otro lado de la red se topó con un efectivísimo Kohlschreiber (29º) que lo zarandeó las veces que quiso en los tres medianos sets que jugaron: 6-3, y doble 6-4 para el alemán ante un gerundense que no había tenido mañas actuaciones en los torneos precedentes, por lo cual extrañó el resultado final. El equipo español se tomó este empate a 1 con el que se jugaba el punto de dobles como un leve accidente y con la moral pletórica aún, enfrentaron a su dobles habitual, Verdasco-López, al dúo germano, Kiefer-Zverev: dos tie-breaks, uno para cada equipo (el ganado por los españoles arrollando y el anotado por los germanos ajustadísimo) y un doble 6-3 de lado español, otorgaban el 2-1 para España tras 4 sets donde ya se empezaba a vislumbrar que los germanos no habían acudido a la costa andaluza de turismo.
El héroe de Mar del Plata, Verdasco, iba a ser el encargado de poder solventar la clasificación pero Kohlsreiber no estaba dispuesto a ponerle ninguna facilidad. A pesar de que entre ellos hubiese un balance de 3 victorias y 3 derrotas para cada uno, el español ya lo había solventemente este mismo año en Indian Wells y Montecarlo, precedente en tierra que le inspiraba confianza. Pero nada más lejos de la realidad, porque el alemán se apuntó los dos primeros sets con roturas claves que el español no sabía contrarestar. Pero la fe del español le hizo saber esperar y su momento llegó cuando se anotó los dos siguientes sets de manera bastante más contundente. La remontada parecía factible, por eso el chasco del español fué mayúsculo cuando veía que el quinto set se alargaba parejos en el marcador, peridendo el partido con un break en contra en el último juego del partido. Por primera vez en muchas eliminatorias, España estaba contra las cuerdas, a un solo punto de ser eliminada, por lo que en cierta manera sorprendió la elección de un clásico, Ferrero, para resolver la eliminatoria. El valenciano tiró de experiencia ante Beck y en ningún momento dejó que fuese el del primer día, aquel joven que osó plantarle cara a un top ten, y con un triple 6-4, Ferrero se convertía en el héroe español, un honor en principio reservado a Verdasco, quien a pesar de ganar dos puntos, recordaría más el único tanto que perdió, o más bien, no pudo ganar.
El rival en semifinales de los españoles iba a salir del duelo que en Tel Aviv iban a disputar Israel y Rusia sobre una pista dura bajo techo. La condición de local de los israelíes no bastaba a primeras de cambio para quitar la condición de favoritos a los rusos, quienes jugarían las semis en Moscu contra los españoles si ganaban, por lo cual España no quería ni verlos. Y a Israel no le importaba tener que viajar hasta España con tal de derrotar a una superpotencia tenística como Rusia. Los locales contaban con un buen doblista, Jonathan Erlich (como buen doblista sin ranking en individuales), que no pudo estar en Suecia pero ahora en cuartos representaba un buen arma, y a dos individuales, Dudi Sela (33º) y Harel Levy (210º), con mucha confianza en un torneo tan diferente como la Davis, mientras que por parte rusa repetían eliminatoria desde la de marzo en Rumania Marat Safin (60º) y Mikhail Youznhy (69º), una convocatoria de la que se caían Dimitry Tursunov (25º) y Teimuraz Gabashvili (76º) en detrimento de Igor Andreev (24º) e Igor Kunitsyn (35º).
El Israel 4-Rusia 1 se empezó a fraguar con el duelo Levy-Andreev y el ruso no pudo hacer valer su puesto 24 frente al 210 de la ATP del judío. Levy se adelanto 2 sets a 0 con un tenis solvente, y cuando parecía que se le acabaron las pilas (el tercer set fué para el ruso con una leve mejoría), supo sobreponerse y rematar la faena con un decidido 6-2. Los rusos intentaron reponer esta afrenta y Youznhy ganaba bien el primer set ante Sela pero entraba en barrena en los dos seiguientes sets, donde tan solo se apuntó un juego. Y en el cuarto set el 33 del mundo le ganaba por 7-5 al número 69 y el día terminaba con un sorprendente 2-0 a favor de Israel. Kunitsyn y Safin tenían que ser los encargados de enderezar el rumbo ruso en el dobles pero cayeron estrepitosamente también contra Erlich-Ram e Israel conocía por primera vez en su vida lo que era clasificarse para semis de la Davis. El único punto ruso vino con la retirada de Sela en el cuarto punto cuando perdía por 3-4, ya que en un partido intrascendente Levy le ganaba también a Youznhy en el tie-break del tercer set. Enorme dececpción para los campeones de la Davis 2006 e hito histórico para un 'país pequeño' tenísticamente como Israel.
Otro antiguo campeón que caería en esta ronda de cuartos fué Estados Unidos, cuando acudió hasta Croacia sin Andy Roddick (6º), agotado tras la maratoniana final de Wimbledon ante Roger Federer. James Blake (16º) sería el líder y Mardy Fish (23º) era el elegido para completar el cuarteto junto a los gemelos Bryant. Por parte croata, Mario Ancic (92º) desaparecía de la convocatoria víctima de un alarmante bajón en su juego y como número dos el elegido era el cañonero Ivo Karlovic (27º), continuando Marin Cilic (15º) como primer espada. Los croatas cambiaron de superficie con respecto a los chilenos y ante los estadounidenses propusieron tierra batida, donde los 'yankees' habitualmente ni la huelen.
Aún así, Blake arrancó mandón su partido ante Karlovic y consiguió algo que pocos pueden hacer ante la máquina de hacer 'aces' croata: le ganó el primer set en el tie-break (como no) y consiguió una rotura milagrosa que impedía de nuevo una muerte súbita, lo que le daba una ventaja de 2-0 en sets. Pero se olvidó de repetir una tercera vez esas dos hazañas y pareció desinflarse en el tercer set (6-3 para Ivo), con lo que la confianza del croata crecía. El cuarto set fué un calco de los típicos partidos del croata (nulo al resto pero ace tras ace impoluto al saque) y en el tie-break no dejó que Blake se acercara a la bola de partido y dejandole en tres puntos subió el empate a 2 sets a este primer punto de la eliminatoria. Parecía que el quinto set iba a largarse eternamente pero con una rotura 'in extremis' se llevaba el duelo por 7-5. En el segundo punto Fish (23º) comenzó arreglando el asunto, al apuntarse el primer set, ante Cilic pero se perdió en los dos siguientes parciales. Había perdido el tercer set en el tie-break y eso podría haber hundido al norteamericano, pero pasó justamente lo contrario, fué Cilic quién se mareó y a punto estuvo de recibir un rosco en contra. Iba a verse otro duelo a 5 sets y en este caso el que mejor ajustó tanto la presión del entorno como el cansancio físico previo fué el croata, que ácabó subiendo el 2-0 a la serie con un 8-6 en el quinto set de este segundo punto.
A pesar de la diferencia, el juego y los marcadores ajustados reflejaban que los 'yabkees' estaban muy cerca de lograr cosas positivas y en el punto de dobles los gemelos Bryant se dejaron de tonterías, pasaron olímpicamente de las condiciones de la pista, del público, de la posible eliminación y dieron un recital supremo a Karanusic y Zovko. El tercer día iba a ser, inevitablemente, decisivo: para unos positivamente y para otros desastrosamente. En el Cilic-Blake no se enfrentaban solamente el 15 contra el 17 de la ATP, sino dos tipos de tenis distintos y dos generaciones diferentes. El americano ya le había ganado dos veces, una en el lejano 2006 en Bangkok, y la otra en el Open de Australia de 2008, pero no pudo repetir, porque la joven promesa croata comenzó con un doble 6-3, autoritario pero falló a la hora de cerrar el partido al primer intento (6-4 para Blake el tercer parcial), consiguiéndolo al segundo intento por 6-2 en el cuarto set. Croacia conseguía su mejor clasificación y EE.UU. tampoco se consolaba cuando Bob Bryant maquillaba el marcador final ante Roko Karanusic (112º).
Dos países europeos iban a dirimir quien se enfrentaría en septiembre a los croatas. Por un lado, los locales anteponían a sus dos ases tenísticos, Berdych y Stepanek, 20 y 21 del mundo, a Del Potro (5º), única gran baza argentina, ya que Nalbandian se había operado de la cadera en mayo y estaría toda la temporada de baja. Los sudamericanos se habían entrenado en Francia -rival de los checos en la ronda anterior- durante una semana en una pista similar a la ultra-rápida que se encontrarían en Ostrava, pero su aclimatación no fué la más adecuada. Los checos se impusieron por 3-2 a los argentinos pero la intriga llegó hasta el último punto, disputándose abiertamente los cinco partidos. Salvo el primer duelo, que se fué hasta los 5 sets, los otros 4 partidos se resolvieron rápido, en 3 sets y con un ganador bien definido.
Los primeros protagonistas fueron Tomas Berdych (20º) y Juan Mónaco (62º), quienes ofrecieron un duelo de poderes cambiantes: el checo comenzó apuntándose el primer set por 6-4 pero perdió los dos siguientes por 6-2, remontando finalmente por 6-3 y 6-2. El tenis de calidad con cuentagotas superó al orden y la garra y dió paso a una decisión técnica de los checos que a posteriori resultó brillante: con 1-0 ya en el marcador, no convenía malgastar ante Del Potro a Stepanek y optaron porque fuera Ivo Minar (64º) quien intentase cansar algo al argentino, para que Radek pudiera estar más fresco para el dobles, que ganó junto a Berdych a Aacasuso y Mayer en un partido impecable de los centroeuropeos.
El tercer día Del Potro volvía a empatar la serie, esta vez a 2, ante Berdych gracias a un triple 6-4 logrado merced a un tenis de calidad y dejaba todo dispuesto para que el ganador se decidiera en el último partido, donde la maldición argentina volvió a hacer acto de presencia una vez más: siempre que un tenista argentino de primerísimo nivel (en Rusia 2006 Nalbandian y esta vez Del Potro) es muy superior a sus rivales y logra sus dos individuales con contundencia, no hay un segundo tenista que acompañe en la serie y responda en el punto definitivo. El 'Chucho' Acasuso ya conoció esta ingrata sensación en Moscú hace tres años y el año pasado contra España, y esta vez el damnificado iba a ser Mónaco (62º), quien no pudo en ningún momento acercarse al pase, ni siquiera en el tie-break del primer set, el cual perdió por muy poco y se hundió, dejando a Argentina eliminada por el 6-3 y 6-2 que le endosó el imprevisible Stepanek (21º) en los dos siguientes sets. El país andino volvía a sufrir la enésima decpeción en la Davis, bueno, la decepción anual diría yo, mientras que los checos disfrutaban de la buena fórmula que encontraron con la unión de fuerzas entre Stepanek y Berdych.
El nuevo formato de disputar los cuartos de la Davis en julio y no en abril como se hacía hasta 2008 concentraba más el tenis de naciones a lo largo del año. Ya no había tanto vacío entre abril y septiembre, mes éste que además de las dos semifinales, también vería disputar las fases de permanencia en y ascenso al Grupo Mundial, la gran olvidada por todos hasta que tú país debe afrontarla. Este sistema de ascensos y descensos de la Davis es ciertamente original, ya que para permanecer en el Grupo Mundial, los perdedores de octavos se enfrentan entre sí, mientras que las naciones que no están el Grupo Mundial se juegan entre ellos, en su división, las 3 plazas para ascender. De este modo, India y Ecuador batieron a domicilio a Sudáfrica y Brasil, respectivamente, por 1-4 y 2-3, mientras que Bélgica vencía como local a Ucrania por un apurado 3-2.
Los otros 5 cinco duelos tenían como protagonistas a las naciones perdedoras en marzo en la ronda de octavos, excepto en dos casos: tanto la Serbia de Djokovic como la Suiza de Federer tuvieron la suerte de enfrentarse a rivales de rango inferior, como serían Uzbekistán en caso de los balcánicos (ante la escasa entidad del rival 'Nole' no fué de la partida y entre Tipsarevic, Troicki y el doblista Zimonjic endosaron un 5-0 a los uzbekos) e Italia en en caso de los suizos: Wawrinka y Federer (quien siempre acude a mantener a su país en esta ronda) dieron cuenta de los Starace, Seppi y compañía para ganar con más holgura de lo que refleja el 2-3 final.
Y los tres restantes duelos fueron emparejamientos 'directo', por llamarlos de alguna forma: uno de los gallitos de la competición, una Francia muy herida en su orgullo por quedar apeada tan pronto, debía acudir hasta Maastricht para medirse a Holanda, un rival sencillo a priori pero que proponía una superficie de tierra batida bajo techo sumamente inquietante para los franceses. Pero el 1-4 con el que los galos solventaron su permanencia entre la élite de la Davis no refleja lo duro que resultó la eliminatoria: Gael Monfils (14º), que a la semana siguiente ganaría en su país el ATP250 de Metz, caludicó estrepitosamente en 4 sets ante Thiemo De Bakker (122º) y todas las alarmas francesas más que se iluminaron cuando Tsonga (7º) hubo de acudir a dos tie-breaks para igualar la serie en tres sets ante Jesse Hutha Galung (293º). El dobles galo formado por Llodrá y Tsonga también se sintieron incómodos ante De Bakker-Susling y a pesar de batirlos en 4 disputados sets, las sensaciones no estaban siendo buenas. La remontada francesa iba a confirmarse el tercer día con la consecución de Tsonga del tercer punto ante De Bakker en 4 sets y de neuvo gracias a dos tie-breaks. Con la permanencia en el bolsillo, Jeremy Chardy (34º) ganaba fácil a Galung pero no mitigaba los ataques de la prensa francesa a sus jugadores.
Los dos restantes duelos también fueron muy igualados y disputados pero se los apuntaron los locales por 3-2. En el Chile-Austria disputado sobre la tierra de Rancagua la emoción se mantuvo hasta el final, ya que si los chilenos se adelantaron 2-0, gracias a la sufridas victorias en 4 y 5 sets de Nicolás Massú (118º) y Paul Capdeville (98º) ante Jurgen Melzer (40º) y Stefan Koubek (127º), el dobles austríaco formado por Melzer-Knowle batía a los dos individuales chilenos, unos Massú y Capdeville que se les veía algo cansados ya. El 2-1 para Chile se convertiría en un inquietante empate a 2 cuando Melzer, 40 del mundo, ganaba en 5 ajustados sets a Capdeville, 98 del mundo: tras anotarse el primer set al tie-break, el austríaco veía como le empataba el chileno set tras set, hasta que en el quinto un break le dió un punto de oro. La responsabilidad recaía en Massú y Koubek, 118 contra 127 de la ATP, y el ganador de una medalla olímpica junto a González en Atenas'04 tiró de experiencia para sellar el triunfo para su país en 4 sets, el último al tie-break, lo que da la medida de lo cerca que estuvieron los austríacos de la gloria.
La pista dura acrílica bajo techo propuesta por los locales iba a ser determinante en el Suecia 3-Rumania 2. Los suecos recuperaban a su mejor jugador, un Robin Soderling (11º) bastante mejor tenista que el que faltó en marzo, pues ya había reventado a jugar como los grandes. Pero el acompañamiento de Robin se llamaba un tal Andreas Vinciguerra (257º) que debería hacérselo mirar: seguramente no fué premeditado pero que se retire en los dos puntos de individuales que disputó no le deja en muy buen lugar, ya que si su físico no era el idóneo no debería haber saltado a jugar, y menos el quinto punto. En el primer punto es comprensible, porque la paliza que se estaba dando ante Victor Hanescu (28º) era colosal: doble 7-6 para el rumano, dejando en ambas en 5 y en 10 (igualadísimo) al sueco, cuando Andreas no se levantó del descanso para disputar el tercer set. Por suerte Soderling disputaría de corrido los tres próximos partidos, ganándolos todos bien: a Crivoi (95º) en tres sets, el dobles junto a Lindstedt contra Hanescu-Tecau en dos tie-breaks finales, y en tres cómodos sets a Hanescu. De nuevo Vinciguerra se retiraba cuando ganaba por 6-4 el primer set ante Marius Copil (552º) pero ya no imporataba, proque uno de los clásicos de la Davis, Suecia, estaría de nuevo en 2010 entre los mejores.
Sin embargo, este tercer fin de semana de septiembre, una semana después de la gloriosa victoria del argentino Del Potro (5º) ante el suizo Roger Federer (1º) en el US Open, toda la atención de la Copa Davis estaba centrada en las dos semifinales a disputar en España y Croacia y en saber quienes serían los finalistas. Iban a ser dos eliminatorias en tierra, la de los Balcanes en pista cubierta y la de la Península Ibérica al aire libre, condicionantes que desataban todas las cábalas posibles: España ya se veía prácticamente en la final (jugaba en casa ante Israel) y ya sabía que si en el otro duelo vencían los croatas deberían viajar allí en diciembre, mientras que si se imponían los checos, serían estos quienes rendiesen visita a España. Pero la mesura del capitán español advirtió que no sirve de nada intentar jugar y mirar a campos donde no se está presente, con lo que aconsejaba centrarse en la ronda de semis más que pensar ya en la final.
Rafa Nadal (2º) volvía a causar baja por segunda eliminatoria seguida, en esta ocasión por precaución y descanso. Había firmado semis en el último Grand Slam del año, una semana antes, ante el que luego sería el campeón en Nueva York, el argentino Del Potro y si bien demostraba estar en forma, se decidió no hipotecar la temporada indoor. No estuvo presente en julio en Marbella apoyando al equipo pero esta vez en Murcia sí que se le vió junto al resto del banquillo animando como un aficionado más. Y el segundo mejor tenista español, por ranking, el madrileño Fernando Verdasco , tambié sería baja por molestias en un pie, por lo que los encargados de enfrentarse a Dudi Sela (29º), Harel Levy (140º) y al dobles Erlich-Ram serían el alicantino David Ferrer (19º) y el valenciano Juan Carlos Ferrero (21º) en individuales y Feliciano López-Tommy Robredo en dobles.
Lo cierto es que el pase de España a la final fué muy placentera, ya que al 4-1 que endosaron a Israel hay que unir que los visitantes en ningún momento se sintieron cómodos en la arcilla murciana y que tanto Ferrer como Ferrero alzaron el 2-0 al luminoso del primer día sin encontrar ni en Levy ni en Sela apenas oposición. La faena la remataron de nuevo el dobles López-Robredo (tras caer en marzo ante los serbios y después del paréntesis de julio ante Alemania donde Verdasco jugó junto a Feliciano) ante unos decepcionantes Erlich-Ram, quienes tras aguantar solamente parejos los dos primeros sets, dilucidados al tie-break y habiendo ganado el segundo, se desinflaron estrepitosamente para caer en 4 sets. El dobles israelí parecía imvencible las horas previas y era a lo que más temían los pupilos de Costa, pero al final se vió que era más una táctica intimidatoria que otra cosa.
Con el 3-0 y el pase a la final confirmados, Ferrer volvió a apabullar a Andy Ram, jugador de dobles sin ranking en individuales, y el único punto de los visitantes se lo apuntó Levy al sorprender a Feliciano López por 7-5 y 6-2 en el típico partido regalo de los seleccionadores para con los jugadores que apenas cuentan en individuales. La superioridad tenística de España había sido confirmada apabullantemente y el sueño de Israel había tocado a su fin, con la mejor de sus actuaciones además.
En la otra semifinal todo apuntaba a que los checos iban a hundirse en la tierra batida que les habían preparado los croatas, más que nada porque ni Berdych ni Stepanek (las ds únicas y verdaderas armas de los checos) habían demostrado hasta la fecha buenos resultados sobre esta superficie y sobre todo porque al excelente nivel que había dado Cilic en el US Open (eliminando a Murray y cayendo solo con el que después sería el ganador) se le unía un Ivo Karlovic que promediaba más de 20 aces por partido. Por todo ello, y por como se dieron los partidos, el Croacia 1- República Checa 4, resultó tan sorprendente como espectacular.
El primer punto jugado por Ivo Karlovic (31º) y Radek Stepanek (17º) fué uno de los partidos más estrambóticos del año, un duelo antológico donde se dieron innumerables records curiosos: fueron casi seis horas de batalla resueltos en 4 tie-breaks los 4 primeros parciales (2 para cada bando) y con un 16-14 para el checo, quien logró aguantar hasta 75 aces (record mundial) del gigantón croata, no se desperó ante los 80 juegos seguidos sin break alguno para cada tenista y en un arranque de fe logró quebrar a Karlovic. Para los checos resultó un momento histórico, quizás el mejor de su historia reciente. Y el público que asistió al estadio Zatika de Porec, con capacidad para 4.500 espectadores, vivieron un segundo duelo a 5 sets, ya que Marin Cilic (15º) y Tomas Berdych (18º) tampoco cedieron en nada: el checo se puso 2 sets a 0 a favor con un triple 6-3 pero el croata remontó con presteza por 6-3 y 6-4, con lo que en parcial decisivo se esperaba más igualdad, pero el checo estuvo más solvente y repitió sus primeros 6-3.
Con un sorpresivo 0-2 a favor checo se jugaría el punto de dobles y allí los dos puntas de lanza checos arrollaron a Cilic-Zovko en tres sencillos sets y completaban lo inesperado ya en el segundo día incluso. Si el viernes la igualdad fué la tónica predominante y el público estuvo cerca de 10 horas viendo tenis, los dos días siguientes fueron bastante rápidos, dado que el dobles no tuvo pimienta y los últimos individuales tampoco ofrecieron mucho: Jan Hajek (121º) lograba doblegar a Roko Karanusic (131º), mientras que el único punto croata lo conseguía Lovro Zovko (sin ranking de individuales) ante Lukas Dlouhy (349º). La cercanía entre ambas naciones otorgaba, quizás, más valor al triunfo de unos, que les acercaba al paraíso, y más depresión a otros, que se vieron más cerca que nunca de acceder a una final de la Davis.
Como siempre ocurre con la designación de la sede de la final de la Copa Davis, las semanas transcurrieron entre las candidaturas de las posibles sedes y declaraciones cruzadas entre tenistas y federación. La no elección de Madrid para albergar los Juegos Olímpicos de 2016, la elegida fué Barcelona y su Palau Sant Jordi, a pesar de que tenistas como Verdasco o Feliciano manifestaran públicamente que la Ciudad Condal no se lo merecía, independientemente de que dijeran que sí se lo merecían o no otras sedes. Finalmente, el buen recuerdo de la final de la Davis del año 2000 ante Australia, disputado también en Barcelona, creaba un clima de euforia que se plasmaría el primer fin de semana de diciembre, muy tarde este año por la congestión del circuito.
A estas alturas del año, en diciembre y con tres rondas anteriores donde ambos equipos podían haberse vigilado mutuamente y estudiar tanto los puntos débiles como fuertes de cada tenista. Nadal y Verdasco llegaban de perder sus tres compromisos en la Copa Masters, mientras que Stepanek había firmado unas buenas semis en el Masters 1000 de París-Bercy. Y precisamente la clave de esta final estuvo en este jugador checo de 31 años de tenis imprevisible, ya que después de que Rafa Nadal (2º) desmontara (su rival solo opuso resistencia en el primer set, en los dos restantes se dejó ir) en tres sets a Tomas Berdych (20º), se disputó el partido determinante de la serie, el Ferrer-Stepanek, el 18 contra el 12 del mundo. Fueron 5 sets vibrantes que acabaron en horario nocturno, después de el checo se adelantara por 6-1 y 6-2 con un tenis efectivo ante un español muy fallón.
Desde hacía meses que 'Ferru' no era el tenista que fué y que se encontraba inmerso en un proceso continuo y errático en su tenis, y éste parecía uno más de esos momentos en que Ferrer se atascaba irrmediablemente. Antes de que arrancara el tercer set, el de Javea se retiró a vestuarios y allí lloró de impotencia para salir más enrabietado que nunca. A base de fe y garra -características que ya le habían dado buenos réditos en otras ocasiones- logró empatar el partido con un doble 6-4, pero la sensación era más bien que lo hizo por fallos y demérito de Radek, más que por su buen quehacer, ya que el checo aún seguía dando muestras de más tenis en su raqueta. Pero en el quinto set las tornas cambiaron y la inercia de la remontada le llevó hasta el 8-6 a David, subiendo al marcador un 2-0 que iba a ser clave. Porque de haberlo perdido, afrontar el dobles empatado podía hacer que los checos se creciesen y quizás se empezaría el último día por detrás en la serie.
Pero Ferrer cumplió con su cometido, y lo hizo doblemente. Porque Stepanek acabó este primer punto muy fatigado, tanto que junto a Berdych apenas pudo objetar nada ante Verdasco-López, con lo que se consumaba el título de su cuarta Ensaladera de Plata para España. La fiesta era total en el Palau Sant Jordi, y la paliza a los checos se consumó el tercer día con las victorias de Nadal (2º) y Ferrer (18º) ante Hajek (102º) y Dlouhy (465º) para dejar claro quiénes eran los campeones de la Davis 2009.
Para nada hay que menoscabar la importancia y el mérito de la Copa Davis lograda este 2009 por España esgrimiendo argumentos como que las cuatro rondas las disputó como local y ante naciones de segunda fila. Un año antes Argentina también jugó todas las rondas en casa y no fué capaz de alzarse con el título, por lo que esa máxima no se cumple siempre. Y respecto al nivel de los rivales de España, otro tanto de lo mismo: el solo hecho de que Serbia cuente con un superclase como Djokovic le confiere un gran estatus, Alemania fué capaz de llevarles al límite e Israel se ganó su rango tumbando a domicilio a Suecia y sorprendiendo a una superpotencia como Rusia. Y con respecto a los checos, si fueron capaces de ganar a rivales como Francia o Argentina (siempre dos de los favoritos) como locales, y a Croacia en tierra le endosaron un 1-4, da fe del alto nivel de esta Copa Davis 2009.
Y como clave suprema para conquistar esta competición se encuentra el buen rollo existente dentro del equipo español de tenis. Todos los tenistas se sienten importantes y son dirigidos por uno que vivió como ellos apenas una década atrás. Los Nadal, Verdasco, Ferrer, Robredo, Ferrero o López trabajan y juegan al tenis como un equipo y eso se acaba notando sobre la pista. Quizás lo único achacable sea lo poco interesantes que hacen las rondas, ya que ganando por resultados como 4-1 a Serbia e Israel o el 5-0 de la final a la República Checa pueden hacer pensar que se pasan de superiores, tendrían que rebajar un poco su nivel. Siendo esto una broma, dudo mucho de que lo hagan en ediciones posteriores.
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