viernes, 29 de enero de 2010

Abierto de Australia 2010, semis: Murray y Federer pasan a la final autoritariamente ante Cilic y Tsonga

A tenor de lo vivido a mediados de semana, con Nadal y Djokovic cayendo en cuartos, y sin los supuestos favoritos de las encuestas previas (Davydenko y Del Potro), la mejor final posible se vivirá el próximo domingo. Porque entre ayer jueves y hoy viernes, los dos 'magníficos' que quedaban en liza en este primer Grand Slam del año se cepillaron sin demasiados agobios a sus contrincantes en semis, plasmando sobre la cancha una superioridad aplastante que les hace a ambos, tanto a Murray como a Federer, llegar al último partido del torneo con una confianza y seguridad en su tenis descomunal. El ranking entre ambos es meramente testimonial, ya que el escocés está ampliamente asentado en la élite y cuenta con sobradas armas para combatir de poder a poder con el genio suizo.

Por su parte, los dos derrotados en estas semifinales merecen una mención aparte, en el sentido positivo claro está. Aunque Tsonga ya disputará en 2008 una final de Grand Slam, precisamente en Melbourne, sus continuas lesiones y campañas tan irregulares como erráticas no le llevaron nunca tan lejos en un 'major' y a tenor de la evolución de su tenis, podría considerarse que está en el mejor momento de su carrera, pero anteriormente también ha jugado bien semanas sueltas y se ha apuntado torneos pero sin encontrar la necesaria continuidad de los que le preceden por mucho en el ranking. En cuanto a Cilic, lejos de la intermitencia en su juego del que hace gala el francés, destacar que también éste sea su mejor momento, ya que a todas las buenas maneras apuntadas el año pasado, comienza este curso eclosionando y llamando a las puertas de las rondas finales.

Tanto fué así que el croata, número 14 en Australia pero más que seguro top ten a partir de este próximo lunes, sorprendió de salida a ese tenista milimétrico en el que parece haberse convertido Murray, 4º en Melbourne Park pero probable 2 del mundo tras este primer grande del año. Este Murray-Cilic se solventó por 3-6, 6-4, 6-4 y 6-2 a favor del escocés en un duelo donde el de Dunblane acabó haciendo lo que quiso.No salió Andy nada dormido pero Marin, quizás consciente de que venía d ejugar 5 sets ante Del Potro y Roddick y preveyendo cierta falta de frescura, optaba por apostarlo todo a la vía rápida, y mientras sus energias no se acercaron al nivel donde el rojo impera, desplegó golpes ganadores y precisos. Pero si en el circuito de hoy en día alguien sabe agarrarse a los partidos y cicteramente darles la vuelta, ese es Murray. O por lo menos era así el año pasado, pero para este 2010 había anunciado ser más ambicioso y aplicó esta receta en los siguientes sets, donde mareó al croata de lado a lado de la pista y ejecutó golpes primorosos, para acabar llevándose el choque con suma autoridad.


Pero para autoridad, y hasta cierto punto paliza, la de don Roger Federer. Mareante es ya el número de finales de Grand Slam que acumula consecutivamente (y cuando no finales, pues llega hasta semis), y que aún existan cazurros de duden de su tenis y defiendan que es un tenista con suerte que nunca se topó ningún gran campeón que le hicera sombra, es de ineptos... pero no sigo que me enciendo. La manera en la que Federer (1º) arrollaba a Tsonga (10º) fué tan clarividente o más que el 6-2, 6-3 y 6-2 que reflejó finalmente el marcador. El francés tuvo un día de los suyos, pero de los que 'NOOOOO y NOOOO carburo', e hizo de perfecto sparring. Algún leve coletazo de furia en puntos sueltos y un misero break final que solo valió para maquillar el resultado, resultó todo el bagaje de Jo-Wilfred ante un Roger que se gustó en uno de esos partidos que tantas veces se saca de la chistera, un duelo de esos en los que lo hace todo aparentemente fácil, sin sudar ni cansarse y con un aplomo bárbaro.

Sin embargo, la final entre Federer (1º) y Murray (4º) tiene visos de espectacular, ojala a 5 interminables sets y con un tenis alucinante. En los cara a cara entre ambos el escocés domina por 6-4 y aunque desde que Murray eclosionara le haya ganado a Federer partidos muy importantes y en los que el suizo se desquiciara (como en semis del Masters Series de Madrid y en el 'Round Robin' en la Copa de Maestros de 2008 que Roger acabó aquejado de la espalda o en Indian Wells del año pasado en una fase del año en la que el suizo parecía con el rumbo perdido), Roger ya le paró los pies en la final del US Open de 2008 (tres sets clarísimos para el suizo ante un escocés que venía de dar la campanada eliminando a Nadal en unas largas semis trastocadas por la lluvia) y en sus dos últimos duelos hasta ahora, en semis de Cincinatti y en la Copa Maestros del año pasado, ambos choques con sabor a 'no me importa que me ganes tú, Roger' por parte de Andy.

Intentando mirarlo técnica y tácticamente, la cosa parece estar pareja. Ambos sacan alucinantemente bien y pueden volear increíble aprovechando sus potentes servicios. Pero si esto pudiera indicar que vaya a haber pocos breaks, la realidad puede ser muy distinta, ya que los dos están entre los mejores restadores del circuito y con altos porcentajes de breaks a favor. Quizás el escocés parta con dos ventajas: en los peloteos posee más aguante y astucia, nunca estará lo suficientemente arrinconado como para jugarle una bola relajada, sino que habrá que apurar al máximo ante él, mientras que también goza de la experiencia y solvencia que le da saberse capaz de recuperar los breaks a la mínima, como todos los contrabreaks que fué capaz de encadenar ante nada más y nada menos que Nadal. Por su lado, Federer en una final pocas veces deja ser mandado y si se viera por delante en el marcador, su amplia gama de golpes bastaría para mantener a raya a su rival. Delpo ya enseñó el camino de como sorprender al suizo en el Grand Slam anterior pero a día de hoy todas las circunstancias han variado: la época del año que hace que los dos lleguen con las pilas a tope, un tipo de superficie que beneficia a los dos por igual y la sensación de que pase lo que pase, se hará historia fijo, porque Federer se endiosará aún más con su 16º título de Grand Slam y marcará distancias de todo tipo con el resto, mientras que para Andy sería su primer grande, un título que muchos opinan ya es hora de que gane y que él mismo entiende necesario. De lo que pasaría o sentiría cada uno ante la derrota, en el siguiente análisis, ya que todo depende tanto del fondo como de las formas en las que se claudique.

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